miércoles, 13 de abril de 2011

Vendedores sin mercancía.

Atractivo turístico en el corazón de la ciudad.
   En los últimos meses se está hablando muchísimo del Turismo (demasiado, diría yo), ese fenómeno que en los años setenta puso de moda el incombustible Manuel Fraga, Ministro de Franco, y que en los tiempos actuales está causando los mismos entusiasmos y los mismos estragos que causó en aquella mítica década: “Todo está permitido si se hace para potenciar el Turismo”. Y he de confesar que, en principio, no me parece mal. Pero para vender algo, primero hay que tenerlo, porque si no es así, podemos convertirnos en vendedores sin mercancía. Me explico. Nájera necesita imperiosamente un “Plan de Rehabilitación Integral de Cascos Antiguos”, que dignifique y humanice el que lamentablemente tenemos deshumanizado y hundido. Si no empezamos por esto, todo lo que hagamos será, además de absurdo, baldío. Es absolutamente lamentable que no se haya hecho en los años de bonanza (ya sé que Zapatero, siendo aún desconocido por todo el mundo, andaba ya por todos los Organismos Oficiales, diciendo que no le concedieran ninguna subvención a Nájera, para que no se apuntaran el tanto los peperos), pero nunca es tarde para hacerlo. Y no es menester hacerlo en un año, o en una legislatura. Puede hacerse poco a poco, tramo a tramo… Pero hay que hacerlo. Y cuando lo tengamos rehabilitado y, por ende, peatonalizado y humanizado, podremos tener en la calle a nuestros niños plácidamente jugando, y en los soportales de los edificios, eso que orgullosos ponemos cuando celebramos conmemoraciones de mercado: Talleres artesanales, de cestería, soguería, botería, cerámica, vidrio o de lo que quiera que se lleve. Y será entonces cuando podamos potenciar el Turismo con la cara bien alta, porque tendremos mucho que ofrecer a quienes vengan a visitarnos. Mientras tanto, creo que a todo el que nos visite le pasará como al escritor y académico, Arturo Pérez Reverte, cuando vino a ver qué escenarios naturales ofrecía Nájera para rodar una serie de televisión, sobre el “Camino de Santiago”, que se marchó de aquí, además de pitando, abochornado. Y eso que entonces no estaba colgada en el balcón de la sede del Partido Popular, la vergonzosa pancarta sobre la Escuela de Patrimonio, que tiene cerrada Zapatero.