sábado, 16 de septiembre de 2023

¡En qué parará!

En relación con lo ocurrido anoche en el tejado de Santa María La Real -ocurrió lo mismo el sábado de los disk jockey-, najerinos y najerinas hacían esta mañana todo tipo de especulaciones y afirmaciones. “¿Sabéis que anoche hubo espíritus en la torre de Santa María La Real?”, les decía una chica a un grupo de mujeres. Otra, les decía a un grupo de amigas y amigos “que un hombre se había tirado de la torre de Santa María La Real, y que habían acudido allí camiones de bomberos, ambulancias, Policías Locales y Guardia Civiles”. Y un señor, nos ha dicho que un chico se quiso arrojar desde el balcón de su casa al vacío”. Mañana, vete tú a saber qué es lo que ocurrió anoche. Seguro que vino a Nájera hasta el Ejército. Por lo demás, el día de hoy ha transcurrido hasta ahora de maravilla: las autoridades han acudido a misa y a la procesión, acompañadas por la Agrupación Musical, en el recorrido, y por la Coral Najerense, en la misa; la Peña Juventud ha vendido unas brochetas de langostino de vicio; el Dúo Estrella nos ha amenizado el vermú… Pero lo mejor de todo ha sido la envidiable juerga que se ha preparado con la charanga La Nota, contratada por la Peña juventud. Cuando nos íbamos a casa Ramón, Sabina, Celia y yo, nos hemos dado de bruces con ella en la Calle Mayor, y si no fuera porque esta noche ceno con unos Amigos, aún estamos con ella. ¡Que siga la juerga!

¡Qué noche tan extraña la de aquel día!

La noche del viernes al sábado fue digna de ser analizada por Iker Jiménez. Primero, a eso de las doce -la verbena comenzaba a las doce y media- cayó en Nájera un mini diluvio universal, que presagiaba la suspensión de la verbena, y la estampida a casa de todas las cuadrillas. A las doce treinta, cual si la lluvia supiera que comenzaba la verbena, paró como por arte de magia, y cuando llegamos a la Plaza de España, todo el mundo estaba en la de Navarra, móvil en ristre, mirando absortos a la torre de Santa María La Real, porque había unas luces extrañas. “¡Ahí hay fuego!”, decían unos. “No; es alguien que se ha subido al tejado con una linterna para asustarnos”, decían otros. Total, que ya fuera por temor a un incendio o a un robo, el personal llamó a la Policía Local -que no había-, a la Guardia Civil, al 112, incluso fueron a buscar al concejal de fiestas. Y digo yo -esto es cosa mía-, que entre los petardos, la estridente música, las luces de la Orquesta Krypton, los pajarillos, asustados -o algunos murciélagos-, sobrevolaban el tejado y provocaban destellos al pasar por los focos que lo iluminan. Y digo esto, porque nosotros, cuando éramos jóvenes, desde el palco del Teatro Cine Villegas, arrojábamos toda suerte de objetos a los focos que proyectaban la película, para que pareciera fuego. Así que creo que no es menester que Iker Jiménez venga a nuestra ciudad, porque no hay nada que investigar. ¡Caso resuelto!