Después de decenas de años cantando la canción del riquísimo folclore Sanjuanero: “El aldeano tiró, tiró la piedra, tiró, tiró la piedra, y no la encontró”, va ahora y aparece mientras retiraban el relleno de la ribera de la margen derecha del río Najerilla, para construir la escollera. Estaba enterrada a escasos metros del puente de San Juan de Ortega, sin que el aldeano -ni ninguno de nosotros- lo supiera. El inesperado hallazgo no ha dejado indiferente a nadie, y son muchos los que se preguntan cómo pudo llegar ahí semejante piedra. Pues ya lo saben. El responsable fue el aldeano.