Cuando uno camina por Nájera, no es en absoluto consciente del potencial que tenemos. Es increíble que una ciudad como la nuestra, abandonada en todos los sentidos, tenga tantos y tan buenos Músicos. Lo vivido este fin de semana en la Plaza de Navarra y en el Claustro de los Caballeros, no se paga con dinero. No puedo entender que a estos colosos de la música no los tenga en palmitas el Ayuntamiento. Pocas ciudades pueden presumir de tener una Orquesta de Plectro de la categoría de la Orden de la Terraza. Sus componentes van por las calles najerinas cual si fueran personas normales, y sin embargo son mundialmente conocidos. Ayer hubo tanto talento concentrado en el Claustro de los Caballeros; fue tan sublime la música que envolvió las vetustas y bellísimas tracerías, que después de escuchar el Concierto, uno puede irse tranquilamente con la Parca al Cielo.
