miércoles, 1 de mayo de 2024

Un Pregón brillante.

PREGÓN

          ¡Muy buenos días! En este apacible y ansiado día primaveral, os doy, vecinos, una cordial bienvenida, que en vuestro nombre y en el de la Corporación Municipal, que represento, extiendo también a las autoridades invitadas y a cuantos nos acompañan. Otro año más nos congregamos para cumplir con una tradición de mucha solera y contenido. Lo hacemos en este lugar de gran relevancia civil ya que, para anunciar simbólicamente a propios y extraños la soberanía de la ciudad, aquí se alzaba un poste de justicia, llamado Crucero porque, haciéndolo muy visible, estaba en un cruce de caminos muy transitados, como el de Santiago, y porque luego se remató con una cruz. Por esa función tan singular en 1843 un ayuntamiento liberal lo sustituyó por el Monolito actual al considerarlo el sitio más idóneo para la tradición de San Fernando.

          Aparentemente, esta reunión pretende rememorar unos sucesos medievales del reino de Castilla, al que pertenecía Nájera, en 1217. En efecto y sucintamente, en junio de ese año fallecía accidentalmente en Palencia el rey-niño, Enrique I, estallando una guerra civil por la sucesión. Siendo su hermana Berenguela la candidata más legítima, pero sabedora de que por mujer no conseguiría los apoyos necesarios, cedió sus derechos al hijo mayor, quien a los dieciséis años fue proclamado rey el 2 de julio en Valladolid con el título de Fernando III. Meses después, en gira por diferentes localidades, el nuevo rey  llegó a Nájera, donde también fue aclamado por tal. Dado el protagonismo que en los hechos había tenido Lope Díaz de Haro, alias Cabeza Brava y a la sazón señor de Vizcaya y la Tierra de Nájera, y por la estrecha relación del linaje Haro con nuestro monasterio de Santa María La Real, unos trescientos años después monjes muy cultos del mismo, como fray Prudencio de Sandoval, crearon la leyenda de que la proclamación se había realizado aquí bajo un olmo. El Padre Mariana, contradiciendo crónicas y documentos de la época, dio crédito en su Hª General de España a esa versión oral,  que, basándose en él, han seguido propagando otros, entre ellos eruditos locales, movidos de buena fe por el deseo generoso de engrandecer aún más las ya de por sí notables glorias de esta ciudad.

          Sin embargo, el motivo real que la originó, menos ostentoso pero más vital, fue la invocación de conjuros para favorecer mágicamente la nueva cosecha, que ya apuntaba y de la que dependía la supervivencia. Un rito pagano, conocido por “el Mayo” y cristianizado luego con la festividades de la Santa Cruz y de San Isidro, pero de huella comunitaria tan profunda que, aun superada con otros medios económicos aquella necesidad perentoria, sigue moviendo inconscientemente a su mantenimiento. Junto a esa faceta espiritual, la reunión servía, además, para exhibir ante los pueblos limítrofes la férrea determinación de preservar el territorio propio, asunto de particular importancia entonces cuando, tras varios siglos unidos, los pueblos hermanos de Nájera y Tricio se habían separado, enfrentándose en agrios litigios judiciales por sus respectivas jurisdicciones. El conflicto más sensible se dirimía en la zona de San Julián, nombre heredado, al igual que un molino, de una antigua ermita del lugar. Los tricienses reclamaban su derecho a atravesarla para pastar y abrevar sus rebaños mientras que los najerenses temían perder la propiedad exclusiva. Es así cómo la llaneza de la gente terminó simplificando la disputa con el combativo lema de “Si no damos el Pregón de mayo, Tricio nos quita el Paseo de San Julián”; es decir, si no hacemos demostración pública de fuerza comunitaria, se va a pensar que nos damos por vencidos.

          Sépase también que esta evocación de leyenda y realidad, confusamente conmemorada en conjunto, es fruto de una casualidad. En 1671 la monarquía española consiguió que el Papa canonizara a uno de sus reyes, precisamente en la persona de Fernando III, en adelante “el Santo”, lo que se aprovechó para ordenar una celebración apoteósica por toda España. El decreto real llegó a Nájera a mediados de abril en medio de preparativos festivos. La parroquia de Santa Cruz la llevó a cabo poco antes de San Prudencio mientras que el Ayuntamiento, entonces Concejo, aprovechó el tan cercano y popular 1 de Mayo para hacer la suya por este rey, también muy popular.

          Así pues, restablecida la concordia con el pueblo hermano y acogiendo con gratitud las meritorias aportaciones de entusiastas paisanos, como la hermosa escenificación que se representará a continuación, pero, asimismo, conscientes, de que, bajo la vistosidad de una coronación legendaria, subyace un potente espíritu de cohesión y tenacidad comunitarias, mediante este acto renovamos el Voto Civil de nuestros predecesores. Por él, como antaño en la defensa del término municipal y cual si fuera nuestro particular “fuenteovejuna”, todos a una, desde la diversidad ideológica o de otro tipo, proclamamos la inquebrantable voluntad de trabajar sin desmayo por el bienestar de nuestra querida ciudad.

 

¡¡¡NAJERINOS!!!

          En cumplimiento del sacrosanto legado del pasado y en homenaje a Fernando III el Santo, gritad conmigo

 

¡¡¡VIVA NÁJERA!!!

 

1 de mayo de 2024

Cristina Tomé Martínez, concejala de Cultura


 

Inaugurado el Mercado Medieval.

Ayer por la tarde fue inaugurado el Mercado Medieval por las autoridades municipales, los reyes de las fiestas, la responsable del Mercado y algunos expositores. Y he de decir, que para ser martes, hubo muchísima gente. Espero y deseo que no llueva hoy, para que todos y todas podamos disfrutar de los actos programados, y queden satisfechos las/os expositores. En esta edición hay un puesto de la recién creada Asociación “Maullidos Solidarios”.