lunes, 13 de octubre de 2025

Nunca se había hecho tanto con tan poco.

Las Ferias de San Miguel de este año han sido un éxito de público y de ventas, a pesar de ser una de las más pobres en expositores. Esto demuestra, una vez más, que la gente está deseosa de que haya algo para echarse a la calle. Lo que sea. Pero ayer, día de la clausura de la Feria, no fue un día más. Ayer había convocado un acto muy especial, al que, desgraciadamente, casi nadie le dio la importancia que tenía. Ayer se celebró en el Paseo de San Julián, junto al Hotel Fernando III, el “Día Mundial contra el Cáncer de Mama”. No quisiera por nada del mundo que veáis en esto un ataque hacia nadie. Jamás osaría buscar culpables donde no los hay. Pero esta celebración tiene que tener muchísima más solemnidad. No se puede hacer cual si fuera un acto más. Para empezar, creo que no estaría de más que asistiera a él la corporación municipal al completo, acompañada de una multitud de personas, sobre todo mujeres, por la importancia que para todos y todas tiene. Y que se hiciera, además, en un espacio amplio, con buena iluminación, buen sonido y buen decorado. Solo quienes están metidos/as en esto saben la entereza, la entrega, la abnegación y la generosidad que hay que tener para estar ahí, escuchando, ayudando, acompañando, consolando a los/as que sufren esta enfermedad. Y pocos de nosotros y nosotras sabemos -o no queremos saber- que uno de cada tres la vamos a sufrir en algún momento de nuestras vidas. Por eso, creo sinceramente que este acto tan encomiable tiene que mejorar. Dicho lo cual, he de deciros que la Asociación Española Contra el Cáncer de Nájera agotó todas las existencias que gustosa y gratuitamente les dona la Carnicería Marisol. Y no solo las dona, sino que está allí dando el callo hasta el final. ¡Dios os bendiga a todos y a todas!