miércoles, 7 de enero de 2015

Que la evidencia es muy obstinada.


    Nuestros gobernantes mienten más que hablan. Siempre andan manipulando la realidad. Pero la evidencia es muy obstinada. Desde que idearon llevar a cabo las obras del “corral de vacas” en el Alcázar de Nájera están desvirtuando la realidad para no asumir que se han equivocado. Nada más comenzar las obras de acondicionamiento quedó en evidencia que esto es un error monumental. Lo primero que ocurrió, debido al tránsito de camiones pesados por el Castillo, fue el desprendimiento de varias piedras de la muralla de la primera era, y de una peña rocosa que se va a caer entera sobre el camino que va del Pasomalo a las Peñas. Y poco después, el levantamiento de varias tumbas con sus correspondientes esqueletos y lápidas del viejo cementerio. Ahora dicen que “de los viejos graneros y cuadras que había en la zona sólo queda uno, que tiene uralita en la cubierta. La empresa y el Ayuntamiento han señalado que ese derribo se tendrá que realizar en presencia de una empresa especializada en la retirada de ese tipo de productos, que resultan muy peligrosos para la salud. Una vez eliminados todos los edificios que ocupaban las cuadras, el espacio quedará despejado y ajardinado”. Cosa que es absolutamente falsa, ya que la víspera de Navidad, un equipo de especialistas en manipular el amianto vino a nuestra ciudad en una furgoneta a desmontar las uralitas que había en el corral abandonado, y, después de ponerse los buzos, los guantes, las botas, las máscaras y todo lo demás, procedieron a quitarlas del tejado. Pero, para sorpresa de propios y extraños, las dejaron allí apiladas, tal y como demuestra la fotografía, en lugar de llevárselas. Pero no termina aquí la falsedad. La realidad es que quedan varios edificios sin derribar, y uno de ellos no es de propiedad municipal, ya que la dueña no se lo ha vendido. Este, y no la existencia de uralitas en el tejado, es el verdadero motivo de que las obras estén paradas en la actualidad.