Nájera siempre ha sido una ciudad muy peculiar, pero desde hace unos años se ha convertido en una ciudad excepcional. Para demostraros que es cierto lo que aquí cuelgo, os pondré solo dos ejemplos: Peñaescalera y la Estación de Bombeo. La vergonzosa situación de la vía de salida y acceso de Peñaescalera, según declaraciones del Alcalde de Nájera, Jonás Olarte Fernández, “Ayuntamiento y Gobierno regional la van a solucionar en un año”, cuando lleva ya tres años cerrada al tráfico rodado. Y la Estación de Bombeo que, según el Ayuntamiento, bombea a diario, a pesar de que al poco de ser inaugurada dejó de funcionar y estuvieron vaciándola con camiones en secreto. De hecho, para que los miembros del Equipo de Gobierno reaccionaran, necesitaron que yo aireara el problema en el blog, y que la oposición presentara una Moción en el Ayuntamiento. Una vez aprobada ésta, después de un año de su inauguración, el Ayuntamiento decidió pedirles una indemnización a los responsables de la construcción por su mal funcionamiento. Y ahora mismo, a pesar de producirse vertidos al río Najerilla casi todos los días, sin que nadie haga nada por impedirlo, nuestros gobernantes afirman que el bombeo está en marcha, y que la Brigada de Obras pasa por ella todos los días a limpiarla y a comprobar su normal funcionamiento. ¿No son, por ventura, un milagro los dos ejemplos que os he puesto?
