domingo, 19 de julio de 2020

¡Que nadie visite el Alcázar!


Cuando uno oye o lee lo que dicen o declaran, henchidos de orgullo, los gobernantes del Ayuntamiento de Nájera sobre nuestro Patrimonio Histórico y Cultural, no tiene más remedio que dirigirse raudo y veloz al servicio a vomitar. Es increíble el cinismo, el impudor, la procacidad y la desfachatez de la que hacen gala para ensalzar, elogiar, alabar y realzar lo que tienen abandonado a su suerte, sin importarles lo más mínimo que sea un bien cultural. Hoy quiero sacar a colación el Alcázar, esa joya que nuestros gobernantes exaltan tanto como desconocen, y que la tienen siempre cual un muladar. El Alcázar de Nájera se encuentra a media ladera entre el castillo de la Mota y el casco urbano de nuestra ciudad. Se extiende por la plataforma horizontal que recorre sus caras norte y este, empleada hasta mediados del siglo XX como eras -lugar donde tantas horas de asueto pasábamos los de mi generación, tirándonos desde lo alto sobre los montones de paja, conocido por todos nosotros como “Las eras”-.  Desde su posición, el Alcázar domina toda la ciudad y es visible desde cualquier punto de ella. El Alcázar de Nájera es de origen musulmán, y fue construido al tiempo que el castillo de la Mota, existiendo referencias de él en el Fuero de Nájera -1020-. Asentado sobre un denso estrato prehistórico y tardorromano, su mayor desarrollo se produjo a lo largo de la Edad Media, culminando con la profunda remodelación realizada por los Manrique de Lara en los siglos XV y XVI tras serles concedida en propiedad la plaza de Nájera. -Los najerinos Demetrio Guinea y Tomás Lerena + publicaron un extenso, magnífico y revelador libro sobre esta familia, en el año 2006, titulado “Señores de la guerra, tiranos de sus vasallos”-. Tras esta última intervención el incómodo recinto medieval dejó paso a un palacio plenamente renacentista. En 1520 fue tomado por los comuneros, que emplearon su artillería para arrasar la ciudad. A finales del siglo XVI el alcázar dejó de ser la residencia de los Duques de Nájera, comenzando así su rápido deterioro…