sábado, 21 de enero de 2012

¡Lo conseguí!

La sombra del Cantor es alargada.

Talonario de entradas de la Sala de Fiestas.
    Me ha costado todo el día, pero lo he conseguido, astuto anónimo. Como puedes ver, con este trucaje, tal y como te he comentado esta mañana, quedamos bien los dos: Tú, porque sabes que me has descubierto. Y yo, porque te dejo ante mis queridos Cantores como un vulgar embustero. La verdad es que ha sido un trabajo de negros. Lo de mi sombra en el vertedero no me ha costado mucho, y además es muy creíble: Yo nunca me pongo cara al sol. Pero lo de ponerle a las entradas los puñeteros agujeritos ha sido de infarto. No obstante, creo honestamente que ha merecido la pena el esfuerzo. Aunque, a decir verdad, igual he metido la pata: ¿Tendrían entonces derecho a consumición quienes entraban a la Sala de Fiestas? ¡Yo, por si acaso, lo he puesto! Asunto resuelto.