sábado, 4 de diciembre de 2021

Hasta siempre, Amigo Gerardo.

 

Anoche me llamó tu hija Alicia para decirme que nos habías dejado, Amigo Gerardo. Y lo hizo porque últimamente asistía feliz a nuestros sinceros y emotivos abrazos, cuando ibas con ella paseando. Pero nuestro cariño viene de mucho más lejos. Siempre nos hemos querido y respetado; y así lo hemos manifestado públicamente en todas y cada una de las ocasiones en las que nos hemos encontrado. Y aunque sé que has sido un privilegiado: la parca vino a por ti sin haber estado años sufriendo en una cama postrado, siento muchísimo tu partida, porque ya no voy a poder darte nunca más un abrazo. No sé si hay un más allá; mas si lo hubiera, Amigo Gerardo, ojalá estés ya con tu bienamada Catali disfrutando del eterno descanso. Aprovecho estas líneas para decirte que me uno al dolor de todos los que te querían, y en especial, al de tus hijas Alicia y Adita, y al de tu hijo Gerardo. Descansa en paz, Amigo mío. ¡Te lo has ganado! 

Lo que la Naturaleza nos regala cada día.

¿Cómo puede ser que seamos tan diferentes? ¿Cómo es posible que donde nuestros gobernantes solo ven problemas, yo vea una oportunidad única para que nuestra ciudad vuelva a la vida? ¿Cómo pueden ver solamente mierda donde hay tanta belleza? ¿Tendrían que volver de nuevo a la escuela? ¿O quizá soy yo quien lo necesita?... ¡Quién sabe! No obstante, mientras no sean aclaradas mis preguntas, seguiré disfrutando cada día de esta maravilla.