La sorpresa que se llevaron ayer Vicente Sánchez y su mujer, Ana María San Millán, fue mayúscula. Una veintena de atletas del “Club Atletismo Najerino” a los que Vicente entrenaba ya en 1984, se pusieron de acuerdo con sus hijas para que éstas los engañaran y fueran con ellas hasta el quiosco del Paseo de San Julián. Una vez allí, los atletas aparecieron por sorpresa y desplegaron una pancarta en la que podía leerse “Nuestros papis deportivos. Vuestro tiempo, nuestro camino. Club Atletismo Najerino”. Huelga decir que ambos se pusieron a llorar por tan maravillosa sorpresa. Raro es que alguien se acuerde de uno después de cuarenta años, pero que además de acordarse te hagan un homenaje, es como para desmayarse. Después de la sorpresa, subidos todos en el quiosco, les entregaron un regalo y un ramo de flores, y posaron para nosotros en el Paseo. Después se fueron a celebrarlo por todo lo alto, y a buen seguro, que pasaron un día verdaderamente hermoso. ¡Enhorabuena a todas y a todos!
