sábado, 6 de noviembre de 2010

Repisas, aleros y cornisas.

   Pasear por el casco antiguo de Nájera, para vergüenza de propios y extraños, se ha convertido en una peligrosísima aventura. A la dificultad de andar por las angostas aceras de algunas de sus calles, se ha añadido ahora la del peligroso estado en el que se encuentran muchas repisas de balcones, aleros y cornisas, de casas totalmente abandonadas y medio derruidas. Por lo que los najerinos y visitantes, no tienen más remedio que caminar por las mal llamadas calles, porque en realidad son carreteras, arriesgándose a ser atropellados, por los muchísimos coches que circulan por nuestra ciudad, sin respetar la señal de prohibido pasar de cuarenta.
   Porque ésa es otra: Aquí, lejos de hacer lo que cualquier otra ciudad que por tal se tenga, no peatonalizan una calle ni hartos de gaseosa. Ni tan siquiera las que llevan a Santa María La Real, a pesar de habernos dicho por activa y por pasiva, que después de construir el tercer puente, se iba a peatonalizar toda esa zona. Ese era, al menos, el compromiso que los próceres del Partido Popular adquirieron con los najerinos. ¡Es más! Fue ése el pretexto que utilizaron hasta la saciedad, para intentar inculcar en los najerinos la falsa necesidad de su construcción: Que el tráfico dañaba Santa María La Real (cosa absolutamente cierta), y que imperiosamente había que protegerla.
   Es absolutamente increíble observar cómo estos pelafustanes, que la han tenido siempre sumida en el mayor de los desprecios, la utiliza a su antojo para hacer política, intentando, además, quedar ante nuestros ojos, como sus verdaderos guardianes.

5 comentarios:

Eusebio Hervías del Campo dijo...

Amigo enmascarado, ayer estuve más de media hora intentando enviarte un comentario sobre el nuevo Ayuntamiento, y no pude, o no supe. La cuestión es que para mí te has dejado dos rasgos muy característicos sobre dicho edificio. A saber: Que la puerta de entrada es mil veces más fea que la de cualquier cochera, y que el primer escalón se adentra en la Plaza de España. O sea, que se sale del Ayuntamiento, invadiendo, a las claras tu espacio y el mío, para que no se nos ocurra olvidar quién nos gobierna. Abrazos.

El najerino enmascarado dijo...

Hola, Eusebio. Siento que no hayas podido escribir el comentario. Acabo de comprobar la situación de mi blog y parece que no hay obstáculo para ello. No obstante, a menudo pasan esas cosas y uno no puede hacer nada durante un par de horas. No sé lo que ocurre durante ese rato, quizás el chino que mueve los resortes de Internet se va a tomar café y hay que joderse hasta que vuelva. En cualquier caso, da igual: tomo nota de lo que has dicho. Lo tendré en cuenta para un próximo artículo (pero no dejes de intentar meter comentarios).

Un saludo.

Eusebio Hervías del Campo dijo...

Amigo enmascarado, sigo sin poder dejarte comentarios en tu blog. No obstante, como sé que entras en este, ahí va lo que quería comentarte: Que no eran dos los rasgos característicos que te habías dejado de edificio semejante, sino tres, los comentados antes, y el de que los minusválidos tengan que entrar por la parte de atrás para que no los vea nadie. Abrazos.

El najerino enmascarado dijo...

Pues no lo entiendo. Lo he probado desde otro ordenador y funciona; el procedimiento es igual al de tu blog... aunque, claro, ahora que caigo, depende del mail que utilices; si es un hotmail, por ejemplo, no puedes incluir la cabecera como vienes haciendo. Tendrías que tener un correo gmail o yahoo, por ejemplo. Trata de publicar el texto firmándolo como Eusebio pero clicando en la opción "anónimo"). Aunque bueno, de momento y si te parece bien, incluiré una nota, a modo de comentario, como si lo hubieses puesto tú (con lo que dices al respecto, claro).

Anónimo dijo...

Trata de hacerlo así: escribe el texto, firma si quieres (en el mismo texto) y selecciona el perfil de anónimo, como acabo de hacer yo.

El najerino enmascarado

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