martes, 23 de agosto de 2016

Gracias, Manolo.


Por hacernos los veranos más llevaderos y gozosos con  las magníficas actuaciones que las noches de los viernes nos ofreces desde hace unos años en tu terraza. Sé mejor que nadie que esta imaginativa y generosa iniciativa tuya levanta algunas ampollas. Pero sé también que gracias a ella, además de darle vida a Nájera, trayendo a gentes de fuera, a muchísimos najerinos nos haces la semana más corta y llevadera. Parece como si nos hubieses hecho retroceder a nuestro duro despertar, cuando los que no fuimos a estudiar tuvimos que elegir entre ser carpinteros o albañiles, nada más abandonar la escuela, y la señora Victoria nos ponía películas los jueves en el Cine Villegas. Yo elegí la albañilería, y sé lo reconfortante que era ese paréntesis de los jueves para olvidarnos por unas horas de lo brutal de nuestro trabajo a una edad tan corta: Todo se hacía a pico y pala. Por eso, y por mucho más, te doy las gracias de todo corazón, y te animo a que sigas así muchos años más.

2 comentarios:

Eusebio Hervías del Campo dijo...

"Si no existieran los viernes de estío de Manolo, habría que inventarlos".

Eusebio Hervías del Campo dijo...

Ando descalza.

ando descalza, por las calles soleadas de mi música
soltando pájaros blancos de mis manos
besando las pupilas negras de soles amarillos
ando descalza, sobre pasto tierno y acordes azulados
y si en un sueño canto en Inglaterra
sobre pasto verde y cielo gris
ando descalza
y escucho el corazón del mundo
que canta mejor que cualquier río
música
abeja dorada que zumbas en mi alma
qué hermoso verano el tuyo, ¡tan eterno!
(y todo se vuelve mágico y bendito si entre tus ojos y los míos pones una canción)

Gilberta Anatonia Caron.

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