sábado, 5 de febrero de 2011

Las últimas artesanas.

   Hubo un tiempo en nuestra ciudad, en el que hacer alambre era tan cotidiano como jugar al pañuelo o ir al cole. Y, a pesar de que esta labor era considerada de mujeres (casi todas las madres hacían botellas de alambre para engordar un poco la magra economía de sus casas), había chicos que la hacían de maravilla. Mi primo Gerardo, por ejemplo, era muchísimo más rápido que cualquier mujer: apenas se le veían los dedos al enroscar el alambre y cambiar de sitio las clavijas. Era un lince. Y todo, porque mi tía Paca, que en Gloria esté, al salir de la escuela, le obligaba a hacerse no sé cuántas botellas (cientos se decía) antes de irse a la calle a jugar con la demás chiquillería. Y como quería irse pronto, cogió tal destreza haciéndolas, que en unos minutos convertía los alambres en botellas. Esto se hacía para adornar o darles categoría a las botellas, de vino principalmente, y se recogían y dejaban en la Calle Samaniego nº 1, en la lonja del difunto Jaime de La Iglesia. Cuando la economía de las casas mejoró un poco, esta práctica fue desapareciendo de nuestras vidas. Las últimas en dejarla, fueron la señora María y sus hijas, conocidas popularmente como “las treviñas”, que se hacían miles de ellas en el Paseo, mientras charlaban de cualquier cosa, dejando a muchos paseantes, sobre todo a los forasteros, con la boca abierta. Quede, pues, en un lugar de honor de este humilde blog, esta entrañable familia.

7 comentarios:

Tote dijo...

Ahora seguramente serán "made in China", que extraño no .............? Ya podemos preocuparnos de que nuestros hijos aprendan chino, que sino no se que será de ellos.

Eusebio Hervías del Campo dijo...

Con el permiso de mis Amigas "las Treviñas", me voy a permitir la licencia de vomitar en este apartado, hasta la primera papilla que mi adorada Celineta, que está en el Cielo, me dió cuando nací. "Cada día que pasa es usted más patético, señor Rajoy, y perdóneme por lo de señor. Su discurso, además de huero y falaz, es vomitivo. Aún estoy por escucharle o leerle a usted una sola propuesta para sacarnos a los españoles de la terrible situación (que tanto está explotando usted)en la que nos encontramos merced a esta crisis mundial, que para nada buscamos. Cualquier español sabe decir: "para gobernar bien una casa, tienen que entrar cien euros y gastar diez", pero muy pocos pueden decir cómo van a conseguir los cien, para poder gastar aunque solo sean tres". Ayer volvió a dejar usted manifiestamente claro, el mayúsculo disgusto que tiene por la firma del pacto por la jubilación y el empleo, llevada a cabo por los Sindicatos, la Patronal y el Gobierno de Rodríguez Zapatero. "Menos fotos y telediarios, y más decir la verdad y responder a los problemas de la gente", dijo usted. Pues bien, cuando gane usted las elecciones (que las ganará), desde aquí se lo digo, al lider de la oposición no lo vamos a ver jamás en la tele. En cambio, ahora mismo, con todo lo que usted diga, lo vemos a usted mil veces más que a Rodríguez Zapatero, y eso que siempre es para ir en contra de todo lo que hacen él y su Gobierno. Y eso tiene un nombre; un nombre que usted se va a encargar de borrar nada más ganar las elecciones. Alabó usted al Presidente de La Rioja, "porque es un Presidente serio que antepone los intereses de los riojanos a los de su partido". Pues tengo que decirle a usted, que no tiene ni idea de lo que dice: Pedro Sanz, no solo gobierna para los suyos y para su partido, sino que los que no somos de sucuerda, nos sentimos ninguneados, despreciados, marginados, insultados y perseguidos. Y esto es así, señor Rajoy. Pero es que además voy a ir más lejos: No somos solo nosotros los proscritos, sino todos los que lleven nuestros apellidos. O sea que no venga usted aquí con tanto triunfalismo, haciéndonos ver que son ustedes hombres probos, porque son, como mucho, igual que todos. Y para finalizar (mis pobres cantores no tienen la culpa de mi disgusto), no hable usted en La Rioja de austeridad en el gasto público, señor Rajoy, porque su querido Presidente acaba de presenciar el cierre de los Talleres de Cáritas, cuando con destinar solamente el dinero que le cuesta editar y repartir la revista "Comunidad", a esa Asociación Humanitaria, podrían seguir abiertos. ¡Nada más!"

Eusebio Hervías del Campo dijo...

Perdóname, Amigo Tote. Al parecer, mientras yo escribía mi comentario, has colgado tú el tuyo, porque cuando yo me he puesto a hacerlo no había ninguno. ¡Aclarado queda! En verdad nos va a ser necesario aprender chino a todos, querido Amigo, pues China no solo ha comprado deuda española, sino de EEUU. Así que, se cumple aquel antiguo dicho: "Dejad que China duerma; que el día que despierte..." Abrazos.

Benjamin dijo...

Querido cantor: China tiene en su poder, con datos de Octubre de 2010, 906,8 MM$ de los 4.310,2 MM$ de la deuda externa norteamericana. Casi una cuarta parte. ¡Esto si que es un matrimonio de conveniencia!. ¡Anda que como riñan!.
Un abrazo

Eusebio Hervías del Campo dijo...

Mi buen Amigo Benjamín, qué razón tenían con aquello de "dejadlos dormir". Van a ser los amos del mundo. Desconocía los datos que me das, pero sé que en nuestro país, el mayor Banco ya es de ellos. Yo me conformo con no tener que dormir en la fábrica, o en su defecto, tener que hacer 15 o 16 horas cobrando seis. ¡Que me dejen jubilarme en paz! Abrazos.

Benjamin dijo...

Querido Eusebio. Lo de la jubilación, que llegue, aunque nos dejen como estamos. Todo es suceptible de empeorar. Yo, acabo de recibir una carta de la Seguridad Social comunicándome que la mía queda congelada para todo el año 2011, y encima me han elevado un punto el IRPF. Y eso que la tengo recien estrenada, después de 44 años de cotización.

Eusebio Hervías del Campo dijo...

Lo mío es peor aún, mi buen Amigo: Los primeros ocho años que trabajé en distintas empresas de la construcción, de los 14 a los 22, según mi historial, ese que te envían desde Madrid, ninguno de mis tres jefes cotizó por mí, ya que no figuran como trabajados. Con lo cual, si me hacen falta 38 años cotizados para poder jubilarme a los 65 años, aún me faltan tres. Así que lo mismo me tengo que jubilar a los sesenta y siete, habiendo comenzado a trabajar a los catorce. ¡Qué pereza! ¡Yo que siempre he soñado con jubilarme a los sesenta! ¡Teníamos que haber trabajado en la banca, Amigo mío! Abrazos.

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