sábado, 24 de diciembre de 2011

Los aguinaldos.

Algunos de mis Amigos del alma, haciendo sus pinitos en el Cine Doga.
   En aquellos tiempos en los que la gente valoraba y respetaba el trabajo bien hecho y la honradez de quienes lo desarrollaban, en nuestra ciudad los serenos y los barrenderos iban de casa en casa felicitándonos la navidad, entregándonos unas hojillas parecidas a los programas de cine de mano en las que venían reflejados ellos, para que les diéramos el aguinaldo en reconocimiento a sus desvelos, y, poco o mucho, en todas las casas se les daba algo agradeciéndoles sinceramente el que desarrollaran su labor con tanto celo.
Algo parecido ocurría con los entrañables carteros que, como infalibles portadores de las noticias de los seres queridos que se encontraban lejos, y fieles mensajeros de nuestros amores secretos, eran respetadísimos y agasajados en esas benditas fechas, cosechando cuantiosos aguinaldos sin ellos proponérselo.
   Pero no eran solo estos profesionales quienes gozaban de ese hermoso privilegio. Recuerdo que todos nosotros salíamos de casa en desbandada en navidad en dirección a los cafés donde, entre irrespirables nubes de humo, jugaban a las cartas, al dominó y al parchís nuestros padres, tíos y abuelos, y, haciéndoles la pelota a todos ellos, les soltábamos en la cara aquello de los aguinaldos con la mano bien abierta, para que nos pusieran en ella una moneda de dos cincuenta o, si había suerte, de duro, que nos asegurara el golosineo de los días venideros. Si alguno de ellos te soltaba aquello tan hiriente y frustrante de “no tengo suelto”, te dejaba hecho cisco, y te ibas de allí maldiciéndolo con un monumental cabreo. Tanto es así, que en una ocasión en la que un tío mío me lo soltó a mí (fue en el Bar Royalty, nunca lo olvidaré), le contesté iracundo: “¡Pues cambia, si no tienes suelto!” Y allí mismo, en aquel desafortunado instante, se me acabó para siempre el invento con aquel tío, cuyo nombre recuerdo perfectamente, pero no quiero desvelaros.
   Quizá pueda pareceros, queridos Cantores, sobre todo a los más jóvenes, una insolencia mi comportamiento, pero tenéis que tener en cuenta que en aquellos tiempos dependías por entero de la paga, y si por la razón anteriormente dicha o por cualquiera otra no te la daban al pedirla, te quedabas sin ella y, por tanto, sin sustento. Así de trágico era el “no tener suelto”.
   Ahora mismo, después de habernos cargado de un modo inmisericorde costumbres tan hermosas como ésta que nos ocupa (posiblemente no la conozca ninguno de nuestros hijos), cuando voy repartiendo el correo bancario en estas otrora benditas fechas y alguna persona mayor, sin mirarme a la cara, como el buen dador, me pone en la mano un billete de cinco euros, o al entrar en una tienda a dejar las cartas la dueña me da, agradecida, una participación de lotería, vienen a mi mente todos estos hermosos recuerdos y se me exalta agradecido y emocionado el corazón. ¡Benditas seáis, pues, no solo  por lo que recibo, sino por lo que siento!
De mi libro “Recuerdos de infancia”, para todos los najerinos, incluidos los ya desaparecidos, que formaron parte de aquella bendita Nájera mía. La Nájera de mi infancia, que fue, es y será siempre, mi verdadera Patria. ¡¡¡Felices Fiestas a todos!!!

13 comentarios:

Benjamin dijo...

¡Feliz noche cantor!. Mantente fiel a tus recuerdos. Abrazos.

Eusebio Hervías del Campo dijo...

Igualmente, Benjamín. Y mantente siempre fiel a tus loables principios. Abrazos sinceros.

Jose dijo...

Que estos dias sean solo para los buenos recuerdos. FELIZ NAVIDAD Y PROSPERO AÑO NUEVO. Para ti cantor, y para toda la buena gente de este precioso pueblo que es NAJERA.

josean dijo...

Feliz Navidad a todos,desde Canarias,

Anónimo dijo...

El Oso de la Demanda: Feliz Navidad, y que el nuevo año sea mejor que los tres anteriores. ///
Pascal: busca en tu interior
Kant: ¡atrévete a pensar!
Dostoievski: ¿quieres realmente ser libre?
Gengis Kan: lucha contra tus miedos
Tolstoi: no renuncies a tus deseos
Demóstenes: eres capaz de grandes cosas
Gauguin: libérate de ataduras
Abelardo y Eloísa (más San Agustín): aprende a amar
Voltaire: arriésgate a comprometerte
El padre Kolbe: cultiva tu capacidad de entrega
http://www.elplural.com/pimienta/cultura/reiniciate-un-libro-que-nos-ayuda-a-reprogramarnos-para-sobrevivir/

Anónimo dijo...

USEBITO majo,que hay dos que se me "escapan":el de las gafas y el de la guitarra;tocar no se si tocaría,pero estilo como tener tenía.

RIOJA

Eusebio Hervías del Campo dijo...

Querido Amigo Rioja, el de las gafas es Javi, "El Peque" (en realidad el apodo era del padre), y vivía donde el Bar el Moro (el bar que llevaron muchos años Pepe y la Rosali). Y el de la guitarra es mi Amigo del Alma Enrique Martínez Hernáez (Enriquito, para mí), hermano de Alfonso (otro de mis Amigos del Alma), que también está en la foto, e hijo de mis siempre adorados y añorados Enrique Martínez (el andaluz) y Pilar Hernáez, tristemente fallecidos los dos, y al que no veo desde hace casi cuarenta años. Para que no te quede ninguna duda, su padre trabajaba de cajero en el Banco Hispano Americano. Abrazos sinceros

Eusebio Hervías del Campo dijo...

Josean, salao, a ver si te dejas ver por aquí, ¡que ya está bien lo tuyo! ¿Te acuerdas de las aventuras tan hermosas que vivimos juntos en nuestra adolescencia, en "el camino de las setas"? Feliz Navidad, también, para ti y para todos los de Canarias. Abrazos sinceros.

Eusebio Hervías del Campo dijo...

Querido Amigo Oso de la Demanda, yo también quiero desearte Feliz Navidad con un par de frases: "Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar". Neruda. "SEÑOR, ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles". Gahdhi. Las dos están sacadas de un precioso calendario. Abrazos sinceros.

Javi dijo...

La de viajes que hacíamos, sobre todo al Royalty y al Mono, a ver si pillábamos a algún familiar jugando para que nos soltara el "aguinaldo". ¡Qué palizas nos pegábamos! Muchas gracias, Eusebio, por traerme un recuerdo tan hermoso. ¡Felices Pascuas!

Justi dijo...

Buenas noches. He conseguido tu libro, y quiero que sepas que me lo he leído en una tarde, cuando mi intención era echarle simplemente un vistazo. Lo leeré y lo releeré cientos de veces a lo largo del tiempo, porque has hecho que renazcan en mí cientos de hermosos recuerdos que daba ya por muertos. Ratifico todo lo que dices en él, y quiero que sepas que me ha hecho muy feliz leerlo. Muchas gracias por haberlo escrito, Eusebio. Besos.

Eusebio Hervías del Campo dijo...

Me alegro mucho de que te haya gustado el libro, Amiga Justi. Y pongo "el libro", porque no es mío, sino de todos los que vivimos aquellas hermosas experiencias en aquella idílica ciudad y en aquellos maravillosos tiempos. Yo solamente puse el bolígrafo y los folios. Lo demás fue brotando a borbotones de lo que fuimos y representamos todos nosotros. Aunque sé que es imposible, me encantaría volver a veros, aunque solo fuera unos segundos, a todos los que formasteis parte de mi vida, dentro y fuera del colegio. Muchísimas gracias por tu comentario, y muchos besos de tu viejo compañero de juegos. Felices Fiestas, y que el Año Nuevo no sea para nada como yo me temo.

Eusebio Hervías del Campo dijo...

Querido Amigo Javi. Lo nuestro era un auténtico e interminable peregrinar de Bar en Bar (principalmente por los dos que tú has puesto), en busca del dinero que nos procurara el futuro sustento. Y es, en verdad, un hermoso recuerdo. Felices Pascuas, y que el Año Nuevo no nos sea muy adverso.

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