sábado, 23 de mayo de 2015

ESCENAS POLÍTICAS IMAGINARIAS (O QUIZÁ NO TANTO) (12)



            «AHORA DEBERÍA PASARNOS  ALGO BUENO»
Esta Escena ha sido compuesta dos días antes de conocerse los resultados de las elecciones del domingo día 24, de modo que Sempronio Graco escribe ignorando si Pedro Sanz obtendrá una mayoría absoluta que le permita gobernar sin cortapisas, o bien se quedará a algún escaño de conseguirlo, lo que le obligaría a pactar con algún otro partido, el que sea. El actual presidente en funciones ya se dejó decir que si ocurría esto último él tiraba la toalla y se iba tranquilamente a su casa. Pero a Sempronio le cuesta creerlo. El poder es muy adictivo, y quien lo ha ejercido de manera casi dictatorial durante los últimos veinte años no parece que será capaz de renunciar a degustarlo una vez más, a disfrutar con los privilegios inherentes a su ejercicio y a gozar mandando a sus disciplinados subalternos (que en realidad somos todos los riojanos), y viendo cómo éstos le obedecen tan ciega y servilmente como acostumbran. Disfrutar de un poder casi omnímodo debe ser un placer apenas comparable con ningún otro. Y más en el caso de nuestro hombre, que lo ha detentado a lo bestia, sin ser apenas molestado y controlado en sus abusos por una oposición  temblorosa, acoquinada y sin pulso.
            A Sempronio Graco le han reprochado algunos conocidos su obsesión con Pedro Sanz, la reiteración en dirigirle cada lunes sus dardos desde estas Escenas que no siempre han sido bien comprendidas, dado que a menudo han mezclado realidad y ficción, ironía y cabreo, insinuación y contundencia, mientras ha consentido en no hacer sangre con otros protagonistas de la realidad política que nos tocaban más de cerca, como doña Marta Martínez, hija putativa e ideológica de nuestro primer mandatario, hechura suya y sierva obediente y disciplinada en el acatamiento y cumplimiento de las consignas presidenciales.
            Tienen razón los críticos de Sempronio al reprocharle su fijación con Pedro Sanz y su abandono de otros objetivos. Tanta razón, que el asunto merece ser explicado.    
             Afirmamos que Pedro Sanz ha ejercido un poder casi dictatorial durante los últimos veinte años porque, para empezar, él, como presidente del PP en esta región, ha decidido quiénes iban en las listas que han ido concurriendo a las diferentes elecciones celebradas en las últimas décadas y en qué orden. O sea, él ha tenido la potestad de decidir quién iba en puestos de salida y quién no. Como además esto se enfocaba como una especie de premio a los que le demostraban su lealtad personal, ahí tenéis desde hace años a una legión de estómagos agradecidos dispuestos  a callarse  en todos los casos y a no ejercer la menor crítica a los comportamientos y abusos de su jefe de filas. Y todo ello como resultado de la estructura piramidal, jerarquizada y antidemocrática de los partidos políticos, no sólo del PP sino también del PSOE y los otros, lo que ha venido otorgando a los diferentes líderes (en unos casos presidente del Partido en la región, caso de Pedro Sanz, y en otros secretario general, caso, por ejemplo, de Quico Martínez Aldama entre los socialistas) un instrumento de dominio para escoger, no a los más preparados y capaces sino, habitualmente, a los más dóciles, pusilánimes y leales al jefe, siempre dispuestos a secundarle, a jalearle y a no cuestionar sus decisiones jamás, porque si se hacían notar ya sabían que serían descabalgados y arrojados del banquete del poder. El asunto aún tenía un pase cuando se trataba de alcaldes y concejales, aunque no olvidemos que cada alcalde con mayoría absoluta tendía a repetir a escala pequeña el modelo dictatorial y abusivo implantado por Pedro Sanz a escala regional. El asunto resultaba más indigesto cuando los premiados con un puesto bien remunerado eran diputados autonómicos y el resultado de las elecciones otorgaba la mayoría absoluta a los populares. Entonces se producía una clara interferencia del poder ejecutivo (Pedro Sanz y su Gobierno) en las funciones del legislativo (Parlamento regional, con una mayoría de diputados populares prestos a obedecer las consignas de su líder, doble presidente del Gobierno y del Partido), con lo que la división de poderes propia de una democracia consolidada se convertía en papel mojado. Si a eso se añaden las denunciadas presiones ante el poder judicial para recibir un trato de favor en los escandalosos casos de corrupción de los populares que  han ido saliendo a la luz, está todo dicho.
             Pedro Sanz ha abusado vilmente de su omnímodo poder a lo largo de todos estos años. Ha colocado a dedo, en puestos remunerados, a militantes de su partido, ha repartido subvenciones a los suyos, ha negado el pan y la sal a sus adversarios políticos y ha implantado una caricatura de régimen totalitario donde ha controlado todos y cada uno de los resortes de la sociedad civil y donde ha impuesto la venganza y el castigo a adversarios y disidentes de otras formaciones políticas. Esto lo ha hecho amenazando con echar del puesto de trabajo al que se significaba con sus críticas, con retirar las ayudas a los dependientes y con hacerle la vida imposible a quien levantaba la voz. Y si se ha mantenido en el Gobierno, ganando por goleada una elección tras otra, es porque ha creado un formidable aparato propagandístico  que no ha cesado de cantar sus alabanzas y de silenciar o atenuar sus desaguisados, y porque ha mimado el caladero de votos provenientes de los estamentos sociales menos ilustrados y más manipulables, como son la mayoría de las personas mayores alojadas en residencias para ancianos, y sus familias. Ahí se ha saciado de cometer abusos  y de barrer para su causa de manera escandalosa.
             Hay una película estadounidense del año 2000, protagonizada por Mel Gibson y Helen Hunt, una de esas comedias que, pese a ser inofensivas y algo tontorronas, contienen al menos una idea aprovechable La película se titula «¿En qué piensan las mujeres?», y en esencia se reduce a lo siguiente: Después de sufrir un accidente doméstico con un secador en la bañera, un engreído y egocéntrico publicista de Chicago se da cuenta de que puede escuchar los pensamientos de las mujeres. Pues bien, en esta Escena de hoy, Sempronio imagina que le ha caído una paellera en la cabeza y que a resultas del golpe, y como secuela inesperada del mismo, es capaz de oír lo que piensa el presidente Sanz, incluso estando a varios kilómetros de distancia de él. Sólo tiene que imaginarse a su hombre durante unos pocos segundos y enseguida empieza a percibir lo que se cuece dentro de su cerebro presidencial.
Con todos los retazos que ha ido reuniendo a partir de los pensamientos del mandatario de Igea, Sempronio Graco ha trenzado la siguiente Escena Política Imaginaria (repito: Imaginaria, como todas las anteriores). En ella se exponen los pensamientos que ha tenido Pedro Sanz sobre esta tierra y sus habitantes en los últimos meses y semanas. Es muy posible que más de uno se quede de piedra al leerlo.
*
 «No sois más que una pandilla de arrastraos, una patulea de mediocres, plebeyos y mentecatos. Aquí llevo veinte años metiéndoosla doblada con vuestro consentimiento y haciendo de mi capa un sayo, andrajosos mentales. Así os zurzan a todos, cacho borricos, tontos del haba. Me he paseado por vuestros pueblos en fiestas, he acudido a vuestras misas mayores y he desfilado imperialmente en vuestras procesiones al lado de alcaldes y concejales a los que les olían los sobacos y los pies como machos cabrunos, teniendo que hacer esfuerzos para no vomitaros en los zapatos. ¡Joder, joder! Y luego he tragado y pimplado tranquilamente en plan Gargantúa, tras aceptar con fingido gesto de agradecimiento vuestros convites, soportando vuestras sonrisas bobaliconas, vuestros gestos untuosos y abyectos de puro complacientes, vuestros intentos lamentables de congraciaros conmigo, de pelotearme sin rubor y de darme coba sin medida. ¿Os creíais que no me doy cuenta de lo sinsorgos que sois, de la cazurrería y paletez que destiláis por todos vuestros poros, payasos de campo, algarrobos de secano, catedráticos en ignorancias, latrocinios y depravaciones? Yo, que soy de pueblo, os he meado encima a los listos de la capital, a la élite de los escogidos, a los bodegueros tragones, a los empresarios abusones, a todos los ignorantes que os consideráis primos de la Virgen de Valvanera, a los titulados, a los ascendidos, a los prepotentes sin causa, a los facultados, a los periodistas listillos y engreídos, a todos los que os tenéis a vosotros mismos por algo más que una cagarruta de mosca. ¡Santo Dios, lo que me he reído de muchos de vosotros cuando os he concedido una audiencia para que rebuznarais a placer en mi despacho, cuando os he puesto una medalla por algún desconocido mérito que me la traía completamente floja, cuando he presidido un homenaje a vuestra burricie, a vuestra vanidad o a vuestra avaricia!  
»Sabedlo y quedad bien enterados: En esta tierra he mangoneado a placer, me he atiborrado de vuestras viandas y os he despreciado y me he burlado de vuestras carencias sin que repararais en que mis estruendosas carcajadas eran debidas a lo tontos que sois. Y a cambio de eso vosotros me habéis recibido con los brazos abiertos, adulado, festejado, obsequiado y, casi casi, hasta hecho la cama. Y, sobre todo, me habéis creído cuando os aseguraba que todo lo hacía por La Rioja y por los riojanos. Ingenuos todos. Mastuerzos. Botarates. Analfabetos. ¡Oh, Dios, cuánto vais a tener que espabilar si queréis salir adelante y no permitir que yo, o algún otro como yo, conduzca finalmente esta tierra a la ruina y a la hecatombe! Pavisosos.
»Si he logrado mantenerme tantos años encaramado en el más alto del machito, ganando por mayoría todas las elecciones y cerrando el paso a quienes querían desalojarme del poder, ha sido, no os quepa la menor duda, porque he llegado a conoceros tan bien como si os hubiera parido. ¿Cómo no hacerlo, si soy uno de los vuestros, aunque, eso sí, mucho más listo y habilidoso que todos los gilipollas que han pretendido segar la hierba bajo mis pies y mandarme a casa, erre que erre  -¡qué pesados!-, cada cuatro años? ¡Imbéciles!
»Mirad, yo sé que a los riojanos no hay que hablaros de cosas profundas, ni tratar de exponeros ideas brillantes. ¡Quiá! A vosotros no se os gana así, sino de forma mucho más sencilla y fácil de llevar a cabo, que es lo que yo he hecho durante todos estos años: dejándose caer por vuestras fiestas patronales, por vuestras procesiones y misas mayores, acudiendo a vuestros frontones y contemplando, sentado entre vosotros, un buen partido de pelota. Y asistiendo después a vuestras bodegas a compartir vuestro vino y vuestras viandas. Si uno hace eso y lo hace poniendo buena cara, cara de estar disfrutando mucho en vuestra compañía, entonces ya os tiene cogidos por los huevos para un montón de años. Yo lo he hecho un montón de veces y siempre me ha ido bien. No como los inútiles y estirados de mis antecesores, que a esos les venía grande el poder y la vara de mando. ¡Pardillos! Yo he obrado así porque os conozco perfectamente y sé que sois necios y vanidosos. Aldeanos en el sentido más peyorativo del término. Yo, que aborrezco con toda mi alma los nacionalismos vasco y catalán, y que me enfurece la  pretensión de esa panda de menesterosos de construir unos Estados propios al margen de España, no he hecho otra cosa, durante los últimos veinte años, que excitar vuestro aldeanismo riojano, ese aldeanismo de campanario que es como el hermano tonto de los nacionalismos catalán y vasco. Yo, que he deplorado y maldecido con toda mi alma estos últimos, no he hecho otra cosa que alimentar ese aldeanismo vuestro de porrón, sarmiento y salchichón, hablándoos sin parar de nuestras señas de identidad y de lo que nos diferencia a los riojanos de un salmantino, un extremeño o un navarro. Pero vosotros, hatajo de asnos, habéis jaleado mis palabras con un entusiasmo que a mí mismo me llenaba de estupor cuando caía en la cuenta de las contradicciones en que incurría al reclamar las Glosas Emilianenses y al hablar del paisaje del vino y de todas esas monsergas tan falsas como una moneda de tres euros sobre el alma riojana y sobre las señas de identidad del riojano. ¿Señas de identidad vosotros? ¿La lengua castellana convertida en seña de identidad de un pueblo de analfabestias? ¡Amos, hombre! Algunas mañanas, mientras me estoy afeitando y preparando para acudir a mi palacete de Vara de Rey, pongo la radio y oigo cosas que me rayan los oídos: «Si no existiría canal Ebro radio habría que inventarlo». ¿Qué coño nos pasa a los riojanos con los tiempos verbales del pretérito imperfecto de subjuntivo y el condicional?  «Si madrugarías más, llegarías antes al trabajo». «Si nos protestarías tanto a lo mejor te hicieran más caso…» ¿Mande? ¿Me lo puede repetir? Y es que con vosotros, cacho borricos míos, no hay manera. Es mejor dejaros a vuestro aire. O mandaros a todos a la escuela otra vez, para que aprendáis a hablar y, sobre todo, a escribir como Dios y la Constitución mandan.
»Que conste que comprendo vuestro problema, porque se parece mucho al que tengo yo. Yo veo que alguien delante de mí abre un libro, no digo de 500 páginas sino sólo de 150 ó 200,  y siento que me tiemblan las piernas. De pronto me entran unos sudores fríos y tengo la sensación de que no hago pie, y que voy a perder el sentido y a caerme redondo al suelo. A otros les pasa eso mismo cuando ven sangre, pero a mí sólo me sucede cuando veo mucha letra junta. Hay que joderse. Y sin embargo, ¡cuántas veces me he visto obligado a daros el pego y pasar ante vosotros por un hombre culto, leído e informado! ¡Así de veces! Pero bueno, para eso ya tengo a mis “cabezas de huevo”, que me consiguen los datos que necesito en un pis pas. Si tengo que hablar en algún discurso, no sé, de Sagasta, de la prima de riesgo, de Esteban Manuel de Villegas, de los Manrique de Lara, del rey Don García de Nájera, de la trashumancia o de lo que sea, mis chicos me preparan la chuleta (no más de un folio, por favor, que me atraganto) y ya está. Y si ellos tampoco tienen los datos a mano, pues se tira de Wikipedia y aquí no ha pasado nada. ¡Total, para darle el pego a una banda de botarates como vosotros, se sale del paso con cuatro banalidades y queda uno como Dios y sin arrugarse la chaqueta! Ahora, eso sí, otra cosa son las apariencias. Yo soy el presidente y tengo que hacer creeros a vosotros que domino las materias, que estoy informado, que me estudio los temas y leo los informes que mis asesores me pasan. ¡Jua! ¡Que me parto y me mondo! Total, después de tantos años y de las tablas que he adquirido ejerciendo un poder casi absoluto, ya hago malabarismo con cualquier cosa. Para eso me las pinto como nadie: para mentir, manipular, lanzar insidias, bordear la calumnia sin entrar de lleno en ella, darle vuelta a la tortilla, insinuar, sembrar cizaña, amagar y no dar, salir por peteneras y quedar siempre de pie. Soy Pedro María Sanz Alonso, y en La Rioja no mandan otros  cojones  que los míos. ¡Que no se os olvide, alfeñiques!
»Todavía me estoy tronchando al recordar el día en que esa socialista novata, Concha Andreu, me preguntó en el Parlamento regional si a mí me parecía decente tener un chalé ilegal en Villamediana. La chica se puso muy seria y altanera para lanzarme semejante chorrada. ¡A mí, je, je! ¡A Pedro el Grande, señor de La Rioja! “Por supuesto que me parece decente”, le contesté. “Y si pudiera, lo volvería a repetir”. ¡Ja, ja!  ¡Qué careto  se le quedó a la pobre! Esa no sabía que estaba tratando de tú a tú con el tío más cínico y con menos escrúpulos de esta tierra. ¿Y cuando me sacan a relucir el aeropuerto de Agoncillo y lo que nos cuesta mantenerlo cada año? Ahí lo bordo. Me pongo a hablar de apuestas de futuro, de la necesidad de no cerrarnos puertas, de estar preparados para la recuperación que ya está ahí, del turismo que cada vez se siente más atraído por La Rioja y bla, bla, bla, nada por aquí, nada por allá, ¡hale hop!, y dejo a mis críticos no sólo sin argumentos sino también sin resuello. ¡Mentecatos! ¿Pensabais que me ibais a achantar? ¿Vosotros a mí?  Todavía no ha nacido el político que haga sombra a Pedro Sanz. Estúpidos.
»Jodeos todos, que me vais a tener que aguantar  otros cuatro años más. Y, si me hincháis mucho los cojones, a lo mejor me vuelvo a presentar en el año 2019 y os doy por el culo a todos los que ahora protestáis sin razón. ¿Qué haríais vosotros sin mí, infelices, si en cuanto os dejo solos un momento os sentís perdidos y desamparados? ¿Quién os comprende mejor yo? ¿Quién os gobierna con mano más firme y segura que yo?  Soy el que mejor os conoce y el que os debe seguir gobernando. No me hagáis la faena de mandarme a casa con la edad que tengo. ¿Dónde voy a encontrar otro chollo como éste?
 »Dadme vuestro voto con una sonrisa y después callad durante cuatro años. Que ya me ocupo yo de todo. Como he hecho siempre.»

Sempronio  Graco                                                                   Continuará

6 comentarios:

Eusebio Hervías del Campo dijo...

¿Cabe, por ventura, falacia mayor?
“Las propuestas de futuro para nuestra ciudad surgen de la escucha y el diálogo permanente con vosotros, con las familias, asociaciones, y sectores de la ciudad”. –Programa Electoral del PP- ¿Pero con quién dialogan? ¿A qué familias atienden? ¿A qué asociaciones? ¿A qué sectores? ¿Cabe, por ventura, falacia mayor? Vosotros jamás habéis dialogado con quienes no comen de vuestro pesebre, ni conocéis la triste realidad de centenares de familias, ni os habláis con la mitad de Asociaciones, ni queréis saber nada con los sectores desfavorecidos por esta abyecta realidad que habéis creado a pulso. Habéis privatizado el agua para poder seguir teniendo tres liberados, importándoos un par de cojones y de ovarios que por esa abyección haya madres con niños pequeños que no pueden bañarlos por quince o veinte malditos euros. Perseguís a muerte a los Amigos de la Historia Najerillense, a los ecologistas, a los del FORO… Les negáis el trabajo a más de mil parados, mancilláis lugares sagrados, arrasáis con todo vestigio de nuestro pasado, tenéis el casco antiguo hundido y deshumanizado, arrasáis las Maravillas Naturales… ¿Con quién cojones habéis elaborado este panfleto lleno de despropósitos?

Anónimo dijo...

El Oso de la Demanda: ¿HA EXISTIDO PUCHERAZO ELECCIÓN TRAS ELECCIÓN EN ESTE PAÍS, ningún partido se ha dado cuenta de esto, hasta la elecciones andaluzas, por VOX, ninguna junta electoral provincial comprueba las actas con los votos finales dados, que es la base del reparto para salir elegido concejal o diputado regional, o ser nombrado Alcalde o Presidente ¿ESTAMOS EN EL SIGLO XXI O EN EL XIX? Estoy alucinando con esto.
LA CHAPUZA DEL ESCRUTINIO EN ESPAÑA ANULA EL PRINCIPIO DE UNA PERSONA UN VOTO.- Y el resultado fue asombroso: sólo en la provincia de Sevilla se habían dado como válidos 4.656 que no existían. ¡Casi cinco mil votantes fantasmas, de que los nadie supo dar explicación!
¿Alguien comprueba que los datos que el personal de Indra ha introducido en el sistema informático se corresponde con los datos reales del acta? Lo hace una empresa privada.
¿Los votantes fantasmas, al influir en el porcentaje de participación, pueden afectar a la asignación de los restos, como marca la Ley D’Hont? ARTICULO ENTERO:


http://blogs.elconfidencial.com/espana/matacan/2015-05-23/la-chapuza-del-escrutinio-en-espana-anula-el-principio-de-una-persona-un-voto_853478/

Anónimo dijo...

Eusebio, por el único que lo siento es por ti. La gente en Nájera está drogada, te esperan otros cuatro, ocho, doce o dieciseis años aguantándolos. La incultura es lo que tiene.

najerino hasta la medula dijo...

Ole, ole y ole, por fin le han quitado la mayoria absoluta a la Marta y la Paquita. Que bien voy a dormir esta noche. zzzz zzzz

Anónimo dijo...

Esta noche voy a dormir muy agustito, pero ojalá el cambio hubiera sido mayor, tanto en Nájera como en La Rioja. Por algo se empieza, eso también es verdad. ¡Ojalá esto sea el principio del fin!

Najerina en la distancia

Anónimo dijo...

¿Cambio? ¿Qué cambio?

Publicar un comentario