viernes, 26 de enero de 2018

¿Los tendremos siempre ahí?


Cuando observé que habían montado un andamio metálico en la casa que el Ayuntamiento iba a derribar subsidiariamente en la calle Cantarranas, ya que la entidad bancaria propietaria de la misma ha hecho caso omiso a todas las peticiones de derribo, pensé que por fin iban a desaparecer la infame imagen que ofrece y el peligro. Pero algo me dice que no va a ser así. Que los toldos, por lo menos de momento, solo están ahí para que no haya heridos, en caso de desprendimientos. ¿Los tendremos siempre ahí?

2 comentarios:

Eusebio Hervías del Campo dijo...

Nájera va a la deriva.

Eusebio Hervías del Campo dijo...

DEAMBULATORIO, NO; DE PSIQUIATRA

Entre lo adecuado y lo ridículo hay una distancia tan corta que el Gobierno se ha decidido a recorrerla a grandes zancadas. Tal es la condición de esa nueva forma de Derecho preventivo que la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría se ha sacado de la manga para impugnar un acto que no se ha producido con un argumento delirante. Se propone el Ejecutivo, con el informe en contra del Consejo de Estado, recurrir al Constitucional la posible investidura del Puigdemont, del que se afirma que carece de “libertad deambulatoria” para acudir al Parlament por su condición de prófugo de la Justicia. La “libertad deambulatoria” es un nuevo concepto digno de estudio. Hasta ahora se pensaba que los individuos gozaban de libertad sin más calificativos mientras un juez no decretara su ingreso en prisión, algo que en el caso del expresident no se ha producido. Puigdemont está libre y deambula por Bruselas, por Dinamarca y podría hacerlo por España hasta que su detención se ejecute en superficie o en el subsuelo, que para eso Zoido el perspicaz ha dispuesto un plan de vigilancia alcantarillas. Detenido y todo, Puigdemont mantendría la libertad en tanto en cuento el Supremo no firmara un auto para ponerle a la sombra de Estremera, que es una posibilidad muy real pero no constituye todavía una certeza. En definitiva, el expresident está libre, su investidura no puede impugnarse porque no se ha producido y quien está “deambulatorio” o, quizás de consulta de psiquiatría, es el Gobierno en general y su presidente en particular…

http://blogs.publico.es/escudier/2018/01/26/deambulatorio-no-de-psiquiatra/

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