domingo, 28 de abril de 2013

Un San Prudencio descafeinado.

La mítica Peña Malpica en sus inicios.

   Este año, además de que San Prudencio puede ser “el cagón” en lugar “del meón”, por el frío que hace y por lo baja que está la cota de nieve (500 metros), la mítica Peña Malpica no podrá salir a animar las calles por culpa de los recortes que están sufriendo desde el Ayuntamiento. Así que, a pesar del gigantesco cartel de fiestas que han pegado por cristaleras, paredes, mármoles y pilares de edificios, igual no tenemos ni la Procesión de nuestro Patrón, portando las primeras habas del año. Y esto no sería noticia, si desde nuestro Ayuntamiento se estuviesen haciendo las cosas bien, y estuvieran recortándoles subvenciones a todas las Asociaciones y Peñas por igual. Pero además de no ser así, ni tan siquiera ellos han predicado con el ejemplo, quitando gastos superfluos, incluidos los de los liberados, para estar en sintonía con la terrible crisis que padecemos, y solidarizarse con los mil setecientos parados que tenemos. Pero esto es Nájera, Cantores míos. Y aunque no tengamos alegría en las fiestas, tened por seguro que tendremos “Semana del Medievo”. Y eso, para un pueblo que a pesar de las vicisitudes que está padeciendo paga el noventa por ciento de las contribuciones por voluntaria, es de lo más abyecto.

Al final, con un frío del copón, ha salido la Procesión.

3 comentarios:

Eusebio Hervías del Campo dijo...

LA POESÍA ES UN ARMA CARGADA DE FUTURO
Cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmado,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades.
Se dicen los poemas
que ensanchan los pulmones de cuantos, asfixiados,
piden ser, piden ritmo,
piden ley para aquello que sienten excesivo.
Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Poesía para el pobre, poesía necesaria
como el pan de cada día,
como el aire que exigimos trece veces por minuto,
para ser y en tanto somos dar un sí que glorifica.
Porque vivimos a golpes, porque apenas si nos dejan
decir que somos quien somos,
nuestros cantares no pueden ser sin pecado un adorno.
Estamos tocando el fondo.
Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho.
Quisiera daros vida, provocar nuevos actos,
y calculo por eso con técnica qué puedo.
Me siento un ingeniero del verso y un obrero
que trabaja con otros a España en sus aceros.
Tal es mi poesía: poesía-herramienta
a la vez que latido de lo unánime y ciego.
Tal es, arma cargada de futuro expansivo
con que te apunto al pecho.
No es una poesía gota a gota pensada.
No es un bello producto. No es un fruto perfecto.
Es algo como el aire que todos respiramos
y es el canto que espacia cuanto dentro llevamos.
Son palabras que todos repetimos sintiendo
como nuestras, y vuelan. Son más que lo mentado.
Son lo más necesario: lo que no tiene nombre.
Son gritos en el cielo, y en la tierra son actos.
Gabriel Celaya.

Alejandro dijo...

Me imagino que lo sabrás, pero por si acaso te lo digo: el artículo que has escrito en el último número de la "Crónica de Nájera", está siendo el más leído, comentado y difundido de cuantos has escrito. ¡Te felicito!

Diego dijo...

Use, cuélganos el artículo de la senadora.

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