Ha venido un carro lleno de
tijeras, a cortar el pico a las picoteras, ¡ay Manolé!, ¡ay Manolé!, ¡Ay Manolé
qué guapito estaba usted! Vino mi marido canso de segar, se metió en la cama y
no me quiso hablar, y si algo me dijo no le contesté, la noche pasada sola la
pasé. ¡Ay Manolé!, ¡ay Manolé!, ¡ay Manolé qué guapito estaba usted! Nos han
obligado a cambiar de herrero, porque el señor Poli es un chapucero. ¡Ay
Manolé!, ¡ay Manolé!, ¡ay Manolé qué guapito estaba usted!
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