martes, 31 de mayo de 2011

Antonio, Antonio, Antonio

¿Quién dijo que las chicas no hacen presas?
 Presa, Presa. Canción sanjuanera que no se refiere a las típicas presas de las vueltas, sino a Antonio el droguero, que tenía la droguería según entras a la Calle Mayor, desde el Puente de Piedra, a mano izquierda, justo donde tiene ahora la tienda la Chabela. Desconozco si este grito, más que canción, nació del choteo que en aquellos tiempos se traían con todo cristo, aunque me imagino que sí. Sea como fuere, de no haber sido por esto, seguro que nadie se acordaría ya del mentado Antonio Presa. Para nosotros fue un hombre mucho menos conocido que su esposa, doña Aurelia, que nos daba clases de apoyo todos los veranos en la Calle los Mátires, donde tenía la academia.
Entrada de la Calle Mayor a la Plaza de España.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Use, según tengo entendido, la canción protesta de la presa, presa, viene dada de que en sus años, un alcalde de Nájera prohibio hacer presas y la gente para tocarle las narices comenzó a cantar la cancioncita. (en algún lado lo he leido).

Fdo: Jesús

P.d: Si que te leo.

Eusebio Hervías del Campo dijo...

Yo no lo creo así, pero no puedo rebatírtelo, porque tampoco yo lo sé a ciencia cierta. No obstante, Amigo Jesús, conociendo el percal, me inclino más por lo mío. En cuanto a tu posdata, he de decirte que no la entiendo. Abrazos sinceros.

Justi dijo...

Eusebio, ¡qué feliz me has hecho! No puedes imaginarte lo que me acuerdo de nuestras queridas vueltas. ¿Te acuerdas qué ingenuos éramos cuando íbamos a las huertas a atiborrarnos de limonada, naranjada, piña, melocotón y otras frutas en conserva? ¡Qué tiempos! Muchísimos besos.

Virgi dijo...

¡¡Viva San Juan!! Use, ya estáis en la antesala de las fiestas más grandes del mundo. ¡Quién pudiera ir a dar las vueltas! Me tendré que conformar con los artículos y con las fotografías que nos cuelgues en el blog. ¡Algo es algo! Que te lo pases muy bien, y te acuerdes un poquito de mí. Besos.

Eusebio Hervías del Campo dijo...

Queridas Amigas Justi y Virgi, ¿cómo no me voy a acordar de aquellas pueriles merendolas de San juan y san Pedro, donde la limonada y la naranjada nos salía hasta por los oídos? Eso es algo que no podré olvidar jamás. Y es verdad que éramos muy ingenuos, pero cuán hermoso era todo: Bastaba una mirada, una sonrisa, un gesto, para que nos sintiéramos los seres más dichosos del mundo. Es increible cómo me emociona recordar todo aquello. Era tan natural, tan espontáneo, tan impoluto... No os apuréis, que aunque no estéis aquí, os váis a enterar de todo. Y claro que me voy a acordar de vosotras. ¿Cómo puede alguien no recordar a quienes han jugado, llorado y reido con él, en el sagrado paraíso de los niños? Besos y abarazos sinceros para las dos.

Carmen Guinea dijo...

Yo tampoco estoy segura del motivo de la canción pero lo que si se es que al pobre Antonio que era vecino mio para mas señas semejante retahila le ponia de los nervios y no entendía para nada porque se metian con él y la gente se paraba en su drogueria. No os podeis imaginar, dado su caracter nervioso y taimado todo su sufrimiento en las fiestas sanjuaneras, os aseguro que no podia dormir

Eusebio Hervías del Campo dijo...

Precisamente por eso, querida quinta y Amiga, porque se paraban en la droguería a cantársela, o porque era precisamente allí, donde comenzaban a cantarla, es por lo que me inclino a pensar que el pobre Antonio fue víctima del ingenio de alguno de los "desocupaos", que en aquél entonces se dedicaban a bautizar a la gennte sin necesidad de que ésta hiciera o dijera nada. Abrazos sinceros.

R. Cerra dijo...

Hola Ilustre Cantor
Hola Ilustres todos:

Según me cuentan, los comerciantes durante las vueltas de San Juan y San Pedro a su paso por la calle Mayor tenían la sana costumbre de colocarse delante de sus establecimientos para proteger los escaparates de los apretujones que las presas provocaban. Yo de muy pequeño acompañaba a mi padre en la tarea de empujar a los sudorosos que se abalanzaban sobre nuestro pequeño escaparate y así protegerlo de la rotura de los cristales. Antonio Presa tenía la misma costumbre que los demás, con una única diferencia: se enfadaba. No tenían hijos y daba la impresión que todo lo que sonaba a joven, a diversión y fiesta le molestaba. Y en Nájera amigos míos sacamos chiste de lo mas serio. Y le encasquetaron su canción, que se le cantaba justo al llegar a su tienda para mayor enfado de Antonio y mayor diversión de todos los demás. De como lo vivía el buen hombre ya nos ha dado cuenta Carmen.

Saludos.

Eusebio Hervías del Campo dijo...

Algo así me temía yo, Ilustrísimo Roberto, porque en nuestra ciudad, siempre se ha tirado a dar. Y mucho más aún, en las fiestas de San Juan. Pues ya hemos hecho bueno el dicho: "A la cama no te irás sin saber una cosa más". Abrazos sinceros.

Anónimo dijo...

Queridos todos: Final años 60 mas menos, se empezaron con las presas justo al empezar la Calle Mayor, sé pasaba la carretera y el puente, lo mas rápido posible por ordenes superiores ,las presas empezaban justo enfrente de Antonio y la ferretería de los Lerena.
No digo como se ponía el bueno de Antonio cuidando su escaparate (como yo el mío que dejaba las vueltas para pasar a la defensa de nuestro pequeño escaparate) y no digo nada del bueno de Antonio, porque Carmen lo retrato a la perfección. Ante las peloteras que montaba el susodicho Antonio, la alcaldía intento suprimirlas, y comenzó el famoso
ANTONIO, ANTONIO, ANTONIO PRESA PRESA
VIVA SAN JUAN Y SAN PEDRO
Un recuerdo para todo el San Juaneros que nos dejaron.

Cerra1

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