sábado, 26 de marzo de 2011

Desde el mirador del Castillo.

Mi Amiga Merce mostrándonos el vertedero.
Mi Amiga Merce, en el año 1.965, contempla el Hotel San Fernando; el Parque Infantil; el Aparcamiento, y las Piscinas Municipales, que, obviamente, se construyeron donde siempre hubo un vertedero. Porque hasta el mismísimo Puente de Piedra, llegaba ese inmundo foco de infección, que siempre jalonó nuestro Paseo. Así que, todo intento de demostrar lo contrario, aunque sea con fotografías trucadas, es un trabajo de necios.

17 comentarios:

Javi dijo...

Use, ¿te acuerdas qué bien nos lo pasábamos columpiándonos en los chopos que tiraban, cuando salíamos al recreo? ¡Qué tiempos!

José Manuel dijo...

Eusebio, ¿Mariano José de Larra vivió en Nájera? Saludos.

Justi dijo...

¿Y de las cabañas que hacíamos con las ramas, para permanecer en ellas como si fuera nuestra casa? Besos.

Chuchi dijo...

¿Os acordáis de cómo hacíamos equilibrios desde los espigones que bordeaban las choperas? Gracias, Eusebio, por despertar tan hermosos recuerdos.

Eusebio Hervías del Campo dijo...

Queridos Amigos (me consta que de escuela), Javi, Chuchi y Justi, claro que me acuerdo de las maravillosas e irrepetibles experiencias que en esas benditas choperas pasamos. ¿Cómo no recordarlo? Aunque algunos no se lo crean, las choperas llegaban hasta el aparcamiento de San Fernando, que entonces no era sino una isla de cascajo, y cuando podaben los chopos, jugábamos a espadachines, jodiéndonos con las ramas las manos, y construíamos chozas, que eran nuestros cuarteles generales, donde planeábamos todo. Y los espigones que encajonaban las choperas, tenían dos taludes, a izquierda y derecha, por los que de pequeños andábamos asidos a la mano de un compañero, y de mayores solos, destrozándonos los zapatos. Y además de esto, en el riachuelo que la cruzaba (era el río del Romanero, que nacía en la casa de mi primo Pedro, cogíamos miles de cangrejos. ¿Cómo queréis, compañeros míos, que no me acuerde de esto? ¡Qué tiempos tan felices y dichosos! Abrazos y besos para todos. Me gustaría que alguien se encargara de reunirnos a todos alguna vez, para celebrar una cena o una comida, y poder volver a vernos. ¡Sería maravilloso!

Eusebio Hervías del Campo dijo...

¡Se me olvidaba! En la isleta de cascajo que os comentaba antes, es donde cada año instalaban el circo en el que trabajaba nuestro domador favorito, Taras Bulba (o como quiera que se escriba), que nos ponía a todos los pelos de punta. (Hace unos años me enteré de que lo mató un león de los que domaba.) ¿Os acordáis de él? ¡Pues eso! Abrazos y besos a todos.

Eusebio Hervías del Campo dijo...

Ya comenté, Amigo José Manuel, que la sentencia que iba a colgar esta semana fue concebida en honor a nuestros pancarteros (ahora también cantantes) gobernantes. Pero no. Para desgracia nuestra, no vivió aquí, Mariano José de Larra. Abrazos.

Anónimo dijo...

Use, ¿cómo pueden decir que la ribera del río Najerilla fue un vertedero, sin que se les caiga la cara de vergüenza? ¿Qué pensarán cuando vean y lean las fotografías y los textos que cuelgas? ¡De pena! Ánimo y sigue así.

Eusebio Hervías del Campo dijo...

Querido anónimo, para que a una persona pueda darle un infarto, primero tiene que tener corazón. Y quien tiene corazón, no arrasa una Maravilla Natural como el Paseo, amparándose en algo tan espurio, como lo del vertedero. Por lo demás, dirán lo que siempre dicen: ¡que las fotos están trucadas, y la información manipulada! ¡En estas lides son diestros! Abrazos sinceros.

Atila dijo...

Lo de que era un vertedero es una insulsa justificación para hacer lo que han hecho. Ayer vi la mole de la piscina cubierta y aún está sin tejado o lo que sea que vayan a poner, luego dirán que la construcción está integrada en el entorno. ES HORROROSA PARECE UNA JAULA. Habría que encerrarlos a todos ellos y convertirlo en un monumento a la insensatez con los grillos en la jaula pa que canten y toquen palmas.

Anónimo dijo...

Alguien dijo una vez: " Lo único que necesita el mal para triunfar, es que los hombres buenos no hagan nada " .Esto viene a cuento de que nos estamos quejando de los destrozos que estan haciendo con el paseo y con Nájera en general y lo único que hacemos es comentarlo y poco más. Ahora vienen las elecciones y como demócratas que somos tenemos la obligación de defender nuestras razones con los votos. Jesús

josean dijo...

Despues de quitar esa chopera, se hizo un campo de futbol reglamentario, duro poco tiempo. Saludos.

Eusebio Hervías del Campo dijo...

¡Así fue, Amigo Josean! Tengo fotografías del Club Juvenil Malpica, jugando ahí un partido de fútbol, organizado para algún fin solidario o benéfico. El árbitro fue mi bienamado padre Benedicto. Abrazos sinceros, Amigo mío.

Eusebio Hervías del Campo dijo...

¡Así es, Amigo Jesús! Ahora tenemos una oportunidad única de demostrar nuestro descontento. Y que nadie me venga con lo de los gitanos, ¡que no cuela! Como ya dije en otra ocasión, Nájera tiene más de ocho mil payos censados, y menos de cuatrocientos gitanos. Así que los números cantan. Es más, el colectivo gitano puede ser anulado o igualado, por el del funcionariado. O sea que partimos de cero. Aunque bien es verdad, que nuestros depredadores ya están sembrando: Merendero para poder celebrar bodas, subvenciones al comercio, entrega de edificios, promesas de empleo... Pero ahí estamos nosotros, para evitar el trapicheo. Abrazos sinceros

Eusebio Hervías del Campo dijo...

El impacto paisajístico es terrible, Amigo Atila. Pero no es menester encerrar a nadie: simplemente liberarle del cargo que ostenta, democráticamente. Abrazos.

Fernando dijo...

Perdonar mi ignorancia, pero no había una zona que era una especie de vertedero, pero en la otra orilla, en la marjen izquierda justo debajo de paso malo, por donde estan los motores del agua, por donde la huerta de Antero, por donde desaguaba un riachelo.
Yo no lo he visto pero eso creía.
Saludos

Eusebio Hervías del Campo dijo...

¡Rotundamente no, Amigo Fernando! Nunca ha habido ahí un vertedero. Lo que sí hubo hasta que construyeron las casas en el solar de la casa del Barón, fue un montón de piedras de sillería amontonadas sobre su tapia lateral. Te lo digo con rotundidad, porque "a las piedras", es donde mis entonces amigos y yo íbamos siempre que hacíamos picia, a fumar.

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