viernes, 12 de abril de 2024

¡Ni un día más!

Lo de la fuente de la pasarela se tiene que solucionar ya. Causa vergüenza ajena contemplar a diario cómo se dirigen los peregrinos a ella a aplacar la sed o a refrescarse, y se van perplejos, extrañados de que esté inutilizada. Y eso que aún no ha llegado el verano. La fuente lleva más de cuatro años en este estado, y esto no puede continuar así ni un día más. Sé que es un problema heredado; pero sé también que tiene que ser solucionado con celeridad. Los anteriores gobernantes no quisieron hacerlo porque, según pude saber, existe un problema con los tubos conductores del agua y es necesario levantar la calzada -la segunda fotografía muestra el hundimiento que hay- para poder ponerla en funcionamiento. En asuntos como el que nos ocupa no sirve la sempiterna letanía de “que no hay dinero”. En la vida hay que priorizar, y lo de la fuente clama al cielo. Si los nuevos gobernantes tampoco lo quieren solucionar, que la quiten de ahí y en paz. Pero lo que lo hagan ya y no sigan avergonzándonos más.

1 comentario:

Eusebio Hervías del Campo dijo...

ANTONIO APAGÓ SU MOTOSIERRA

Es el primer día de Antonio en aquella obra, le ha subcontratado ACCIONA para un trabajo con “árboles complicados”. Técnico de poda en altura, cuando llega al parque de Arganzuela pide el informe protocolario para conocer el estado de los árboles, las razones legales y oficiales para su intervención. Le dicen que no hay tal informe. Antonio sospecha, recela. Enciende su motosierra. Ruido. Hace un par de cortes. Suenan los cánticos. No a la tala, no a la tala. Más ruido, más barullo. Entonces, un clic. Antonio apaga la motosierra. Antonio decide no participar. El técnico habla con los manifestantes. Algunos discuten con él, le ven como parte de la cadena de responsables del arboricidio en la ciudad de Madrid. Pide calma. Nunca había visto tanta gente protestando por un árbol. Está asustado. Deja en el suelo la motosierra. No va a participar en esta Tala. En el mientras de aquel barullo de pensamientos, la policía le identifica, le propone para sanción por desobediencia. Los que protestaban le arropan. Apenas unos días después, ACCIONA, la empresa multinacional encargada de la tala, lo subcontrata de nuevo. Cuando llega a su destino, no puede creérselo: la pesadilla se repite. Le han mandado al Parque de Comillas, donde se está produciendo exactamente el mismo proceso arboricida e ilegal de la ampliación de la Línea 11 de Metro en el que él había decidido no participar unos días antes. En esta ocasión el cuerpo de Antonio, atravesado por la ansiedad, también se paraliza. Sufre un desmayo y acaba en el hospital…

https://www.elsaltodiario.com/saltamontes/antonio-apago-motosierra

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