Las baldosas de la
fotografía que encabeza esta entrada llevan años en ese lamentable estado. Han
sido denunciadas en repetidas ocasiones en este blog, y se han hecho ripios con
ellas en el Sermón de San Antón los últimos tres años. Y, sin embargo, ahí
siguen, esperando a que alguien se rompa la crisma algún día al tropezar con
ellas. Y eso que se encuentran en la Plaza de la Cruz, pegando a la Real
Capilla y Parroquia del mismo nombre. ¿Por qué no se cambian? ¿Son
radioactivas? ¿No existen en todo el país otras iguales? ¿Hay alguna ley que lo
impida?... Es increíble que en una plaza tan emblemática, tengamos las baldosas
en ese estado.
