viernes, 16 de octubre de 2020

A mí no me abren ni en San Juan.

En Diciembre va a hacer tres años que llevo cerrada y llena de gunita, piedras y tierra caídas del monte Malpica. Y, a tenor de lo declarado por el Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Nájera, ni sé lo que me queda que sufrir todavía. Después de haber prometido hace cinco años y medio que si gobernaban los socialistas iban a construir el nuevo vial debajo de mis pies, tal y como recoge el PGOU, exonerándome del tráfico rodado, no solo no han cumplido su promesa, sino que, a pesar de haber aprobado y concedido a una empresa constructora un nuevo parche hace dos meses, esta no ha comenzado aún “porque desde la convocatoria del concurso hasta la adjudicación se habían producido algunos cambios morfológicos en la pared a tratar, dado que los derrumbes, en mayor o menor medida, no han dejado de sucederse desde que se cerró el paso”, entre otras cosas. Si tenemos en cuenta que el monte Malpica está en continuo movimiento; que están abundando las lluvias, y que dentro de nada comenzará a helar, a mi no me abren ni en San Juan. Así que yo os propongo, queridos najerinos, que sembréis patatas en mi firme, o, en su defecto, presionéis a estos mendaces compulsivos para que me libren de una santísima vez de esta vergüenza que padezco. Vuestra siempre, Peñaescalera.