El singular “Álamo de las tres guías” presenta, en su parte inferior, pudrición interna motivada, en parte por la edad, y sobre todo por las podas viejas de ramas de más de 30 cm. en su parte inferior, y que se han podido contar 4 o 5. Esta poda de ramas vivas, en su momento, resolvería el "problema" pero en el tiempo provocan pudriciones internas que debilitan la resistencia mecánica del ejemplar. Este estudio fue realizado por medio de una tomografía. La motivación inicial de esta actuación nace de la caída de una rama de 20 cm. Para potenciar la seguridad actual de las ramas se navegó por toda la copa posicionando la grúa en dos posiciones simétricas. Se realizó una intervención conservadora, como procede en este tipo de ejemplares singulares y con edad. Se inspeccionó toda la copa y se cayeron y se retiraron ramas secas, que son las candidatas en los próximos años, a caer al Paseo de San Julián. La operación duró toda la mañana del 26 de Febrero de 2025 -de 9 a 14 horas-, porque emplear más tiempo habría resultado peligroso para los arboricultores. Se estima que se retiraron un estéreo y medio de ramas secas que, más antes que después, son las primeras en caer antes que las vivas. Se actuó, también, a 26 m. de altura que es donde más ramas secas había. Se retiraron un 80% de ramas secas de toda la copa, quizás entre 120 ó 150 ramas de entre 1 y 12 cm. en base y longitud de 20 cm. a 3 m. Se realizó una importante retirada de ramas muertas que representaban riesgo. Los cortes se realizaron en el muñón de cierre de la base de la rama muerta, esperando que se facilite el cierre de la herida en 3 años, quitando, así, la entrada de hongos de pudrición. El Álamo, de manera natural, busca sanar y cicatrizar heridas cuando son pequeñas, como es el caso. Quedó de manifiesto la tendencia al denominado “decaimiento” del ejemplar con el porte llorón que le imprime belleza y singularidad. Producto del decaimiento, se detectaron varios puntos con concentración de ramas superpuestas. La acumulación de ramas vivas apoyándose unas en otras, de modo natural, provoca roces entre ellas y pueden provocar también la ruptura. Tendrán que realizar un seguimiento de ello. Tal es la ramillería que cayó, también encima del ejemplar, que aconsejaron mantener el cierre de seguridad tres días, y así dar lugar a que caiga alguna también. El viento ayudaría. A futuro se podría pensar en atirantar alguna de las ramas péndulas, según progrese ese decaimiento natural. La señal del ejemplar, como Árbol Singular, ha perdido las letras negras y es deseable su corrección.