El arbolillo asediado por las hordas caninas de Santa Eugenia, San Millán y San Fernando, ha sido liberado por los vecinos del edificio en el que está plantado. Lo malo es que ahora, para vengarse de ellos, las hordas caninas castigan implacablemente su acera. Esperemos que los vecinos intervengan también en esta nueva ofensiva canina, y resuelvan favorablemente el problema.