La semana que viene, el Ayuntamiento de Nájera comenzará la reparación de la pasarela que reemplazó al entrañable y añorado “puente de tabla”, o “puente de tablas”, que cada primavera construía Lucerico con su brigada, porque las crecidas del río Najerilla todos los años se lo llevaban. A principios de los años setenta decidieron construir la actual pasarela, a la que, si mi memoria no me falla, mi Amigo Luis Royo, corresponsal del diario La Rioja, bautizó acertadamente como el “Muro de Berlín” por lo horrible que quedaba.