Así han estado la
mayoría de las calles najerinas esta Semana Santa. A juzgar por lo “sueltos”
que han andado, la penitencia no les sienta bien a los perros.
Cuatro ministros del Gobierno cantando a voz en grito cuplés militarizados. Una foto buscada para refregar la impresión del triunfo de una única España sobre otra. Un Gobierno de hipócritas fariseos temblando de falsa emoción con algo que o no conocen o no comprenden. Dándose golpes de pecho en la conmemoración de una de las más claras manifestaciones del triunfo de la mal llamada razón de Estado, y de las mentiras de los que pretendían conservar el poder e imponer su visión de las cosas, sobre la verdadera Justicia. ¡Ah, sepulcros blanqueados! Quizá les interesa más mezclarse con armas, cánticos y respaldar esa insultante mezcla de patrioterismo caduco que obtener una verdadera enseñanza que, este año más que nunca, les hubiera hecho falta. Sabido es que el sentido histórico de procesiones, autos sacramentales y otras representaciones era ilustrar con estas lecciones al pueblo iletrado, que no podía obtenerlas directamente de la lectura de los textos sagrados. Hoy son los letrados los que hacen caso omiso. No hace falta creer en la divinidad del ciudadano Jesús, ni admitir siquiera su existencia histórica real, para comprender cómo en su historia se sintetiza todo aquello que la Justicia no debería ser jamás con tan gran actualidad que muchas de las vulneraciones que acabaron con su ejecución se repiten ante nuestros ojos contemporáneos sin que se inmuten la mayoría de los que anegan con lágrimas de cocodrilo sus ojos ante su conmemoración…
Desde que fue aprobada, allá por el otoño de 1978, nuestra Constitución no ha dejado de ser un libro de humor plagado de chistes tan ocurrentes como aquel que dice que ninguna confesión tendrá carácter estatal. Visto lo ocurrido estos días de Semana Santa, suena a chufla el citado artículo constitucional pues, tanto en los cuarteles, como en el Ministerio de la Guerra, la bandera ha ondeado a media asta por la muerte de Cristo, personaje que no se sabe a ciencia cierta si existió y que, si lo hizo, fue un hombre que andaba muy lejos de los asuntos militares. Para entendernos, Cristo vendría a ser un jipi de aquellos tiempos que estaba en contra de las guerras, predicando la paz y haciendo milagros con el agua hasta convertirlo en vinorro. Pero vistas las imágenes de los “lejías” con sus caras congestionadas portando la cruz, hay que advertir que siempre será mejor que los legionarios alcen la figura de Cristo en vez de los fusiles o cosas aún peores. Viene al pelo recordar que la Legión Española es un cuerpo militar de origen atroz cuyo recuerdo nos lleva a épocas oscuras de nuestra historia más reciente. Desde sus orígenes, los legionarios han sido entrenados para reprimir todo lo que no se someta al orden establecido por Dios, por la Patria y por cojones, dicho con la sonoridad que caracteriza sus modos tabernarios…
2 comentarios:
GOBIERNO DE FARISEOS
Cuatro ministros del Gobierno cantando a voz en grito cuplés militarizados. Una foto buscada para refregar la impresión del triunfo de una única España sobre otra. Un Gobierno de hipócritas fariseos temblando de falsa emoción con algo que o no conocen o no comprenden. Dándose golpes de pecho en la conmemoración de una de las más claras manifestaciones del triunfo de la mal llamada razón de Estado, y de las mentiras de los que pretendían conservar el poder e imponer su visión de las cosas, sobre la verdadera Justicia. ¡Ah, sepulcros blanqueados! Quizá les interesa más mezclarse con armas, cánticos y respaldar esa insultante mezcla de patrioterismo caduco que obtener una verdadera enseñanza que, este año más que nunca, les hubiera hecho falta. Sabido es que el sentido histórico de procesiones, autos sacramentales y otras representaciones era ilustrar con estas lecciones al pueblo iletrado, que no podía obtenerlas directamente de la lectura de los textos sagrados. Hoy son los letrados los que hacen caso omiso. No hace falta creer en la divinidad del ciudadano Jesús, ni admitir siquiera su existencia histórica real, para comprender cómo en su historia se sintetiza todo aquello que la Justicia no debería ser jamás con tan gran actualidad que muchas de las vulneraciones que acabaron con su ejecución se repiten ante nuestros ojos contemporáneos sin que se inmuten la mayoría de los que anegan con lágrimas de cocodrilo sus ojos ante su conmemoración…
https://www.eldiario.es/zonacritica/Gobierno-fariseos_6_755984405.html
¡MUERA LA INTELIGENCIA!
Desde que fue aprobada, allá por el otoño de 1978, nuestra Constitución no ha dejado de ser un libro de humor plagado de chistes tan ocurrentes como aquel que dice que ninguna confesión tendrá carácter estatal. Visto lo ocurrido estos días de Semana Santa, suena a chufla el citado artículo constitucional pues, tanto en los cuarteles, como en el Ministerio de la Guerra, la bandera ha ondeado a media asta por la muerte de Cristo, personaje que no se sabe a ciencia cierta si existió y que, si lo hizo, fue un hombre que andaba muy lejos de los asuntos militares. Para entendernos, Cristo vendría a ser un jipi de aquellos tiempos que estaba en contra de las guerras, predicando la paz y haciendo milagros con el agua hasta convertirlo en vinorro. Pero vistas las imágenes de los “lejías” con sus caras congestionadas portando la cruz, hay que advertir que siempre será mejor que los legionarios alcen la figura de Cristo en vez de los fusiles o cosas aún peores. Viene al pelo recordar que la Legión Española es un cuerpo militar de origen atroz cuyo recuerdo nos lleva a épocas oscuras de nuestra historia más reciente. Desde sus orígenes, los legionarios han sido entrenados para reprimir todo lo que no se someta al orden establecido por Dios, por la Patria y por cojones, dicho con la sonoridad que caracteriza sus modos tabernarios…
https://www.eldiario.es/zonacritica/Muera-inteligencia_6_755984398.html
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