¿A quién se le ocurre
dejar un cable de alta tensión al alcance de todos, colgándolo, además, por los
arbolitos recién plantados, para darles corriente a los barraqueros?
Eran las 10 de la mañana cuando abrí la puerta de clase. Las niñas y los niños me saludaron y se dispusieron en una fila para salir. De repente se oyó un pequeño grito: "¡Una araña!", gritó uno de ellos, a la vez que ponía cara de susto, abriendo mucho los ojos, agitando las manos y señalando a la pared. El resto de la clase se apartó también. "Silencio", les dije, "vamos a movernos sin hacer ruido, no sea que la araña nos haga una llave de yudo y nos inmovilice". A lo cual respondieron con bastantes risas. Nos separamos de la pared y les propuse hablar para ver qué podíamos hacer. Y les planteé una cuestión: "¿creéis que la araña prefiere estar con los suyos o con nosotras, a quienes además nos tiene que ver como seres gigantes? Poneos en su lugar y pensad si vosotros preferís estar con las arañas o con los compas de clase. Tal vez esté buscando la salida para ir a buscar a sus compis arañas". Fuera como fuese, lo que era cierto es que teníamos un problema de convivencia. ¿Qué hacer ante aquel problema? "Tal vez deberíamos reflexionar sobre quién podía abrir la puerta o la ventana para que la araña pudiese salir. ¿Podría hacerlo ella misma (señalando a la araña) o tal vez lo tendría que hacer la gente gigante (señalando al grupo de personas que estábamos en la clase)?". "¿Creéis que las chicas y los chicos que estábamos aquí somos mucho más grandes y fuertes que la araña?". Y todo el mundo asintió sin dudarlo…
Nos dice El País con mucha contundencia en el editorial de esta mañana que “algo se ha hecho mal” en esto de la memoria histórica, pues “se conservan excentricidades como una Fundación Franco” y “siguen pendientes de reparación y reconocimiento muchas de las víctimas del bando vencedor”. Vayamos por partes. Considerar una “excentricidad” la Fundación Franco sí que es excéntrico. Yo diría, incluso, que es un poco de derechas. Un pelín filogenocida. Una exaltación velada y cobarde del fascismo. Mientras nuestra justicia persigue a tuiteros por transcribir viejos chistes sobre la muerte de Carrero Blanco, resulta que la exaltación del franquismo es solo una graciosa excentricidad, según El País, que además demanda la “reparación y reconocimiento [de] muchas de las víctimas del bando vencedor”, o sea, que hay que reparar y reconocer los méritos y valores de unos golpistas asesinos que acabaron de forma brutal con un régimen democrático. ¿O lo he entendido mal? La prosa de los editorialistas de El País siempre es muy dúctil…
6 comentarios:
MORGÓN que me confundes¿1.970 o actual?
Es lo que tiene hacer obras sin ningún proyecto o previsión
Dicen que nadie es imprescindible en esta vida… la Agrupación Musical Najerense lo es.
Totalmente de acuerdo con Novenob.Solo espero que no dejarán asi. Hay un colegio al lado
DADLES UN SALVA-ARAÑAS Y CAMBIARÁN EL MUNDO
Eran las 10 de la mañana cuando abrí la puerta de clase. Las niñas y los niños me saludaron y se dispusieron en una fila para salir. De repente se oyó un pequeño grito: "¡Una araña!", gritó uno de ellos, a la vez que ponía cara de susto, abriendo mucho los ojos, agitando las manos y señalando a la pared. El resto de la clase se apartó también. "Silencio", les dije, "vamos a movernos sin hacer ruido, no sea que la araña nos haga una llave de yudo y nos inmovilice". A lo cual respondieron con bastantes risas. Nos separamos de la pared y les propuse hablar para ver qué podíamos hacer. Y les planteé una cuestión: "¿creéis que la araña prefiere estar con los suyos o con nosotras, a quienes además nos tiene que ver como seres gigantes? Poneos en su lugar y pensad si vosotros preferís estar con las arañas o con los compas de clase. Tal vez esté buscando la salida para ir a buscar a sus compis arañas". Fuera como fuese, lo que era cierto es que teníamos un problema de convivencia. ¿Qué hacer ante aquel problema? "Tal vez deberíamos reflexionar sobre quién podía abrir la puerta o la ventana para que la araña pudiese salir. ¿Podría hacerlo ella misma (señalando a la araña) o tal vez lo tendría que hacer la gente gigante (señalando al grupo de personas que estábamos en la clase)?". "¿Creéis que las chicas y los chicos que estábamos aquí somos mucho más grandes y fuertes que la araña?". Y todo el mundo asintió sin dudarlo…
https://www.eldiario.es/caballodenietzsche/Dadles-salva-aranas-cambiaran-mundo_6_711888822.html
EQUIPARANDO ASESINOS CON ASESINADOS
Nos dice El País con mucha contundencia en el editorial de esta mañana que “algo se ha hecho mal” en esto de la memoria histórica, pues “se conservan excentricidades como una Fundación Franco” y “siguen pendientes de reparación y reconocimiento muchas de las víctimas del bando vencedor”. Vayamos por partes. Considerar una “excentricidad” la Fundación Franco sí que es excéntrico. Yo diría, incluso, que es un poco de derechas. Un pelín filogenocida. Una exaltación velada y cobarde del fascismo. Mientras nuestra justicia persigue a tuiteros por transcribir viejos chistes sobre la muerte de Carrero Blanco, resulta que la exaltación del franquismo es solo una graciosa excentricidad, según El País, que además demanda la “reparación y reconocimiento [de] muchas de las víctimas del bando vencedor”, o sea, que hay que reparar y reconocer los méritos y valores de unos golpistas asesinos que acabaron de forma brutal con un régimen democrático. ¿O lo he entendido mal? La prosa de los editorialistas de El País siempre es muy dúctil…
http://blogs.publico.es/repartidor/2018/03/31/equiparando-asesinos-con-asesinados/
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