APRENDER JUGANDO. Os voy a proponer un juego muy instructivo y divertido para estos días. Se trata de escribir palabras -dos como mucho- que decíamos mal dichas, con el fin de conseguir un “diccionario de disparates”, a la vez que nos divertimos. Me voy a permitir la licencia de comenzar yo este juego, para que os sirva de ejemplo: “indición”, por inyección, y “candrejo”, por cangrejo. ¡A por ello!
No tengo lugar Y no tengo paisaje Yo menos tengo patria Con mis dedos hago el fuego Y con mi corazón te canto Las cuerdas de mi corazón lloran Naci en palestina Naci en palestina No tengo lugar Y no tengo paisaje Yo menos tengo patria Ay cuando canta Y con tus dolores Nuestras mujeres te chican......
La cantante Emel Mathlouthi (TUÑEZ) - La canción Naci en Palestina:
¡CÓMO NO ME VA A DECIR ALGO! Carlos, salao. Toda mi niñez ha venido a mí, súbitamente, nada más leer tu comentario. Mi abuela Hermenegilda fue un pilar fundamental para mí en mis primeros años. A su marido, mi abuelo Eusebio, apodado “El Santo”, no lo conocí, porque murió sin haber cumplido yo un año. Feliz año Nuevo, y muchas gracias por el regalo.
“LO CUENTAN LOS VIEJOS, DE NOCHE AL BRASERO.” Tenía fama de Santo, y a quienes se la pusieron no les faltaba razón. Eusebio era el Sacristán de las monjitas cerradas -así es como se las llamaba, por ser de clausura-, y vivió con Hermenegilda, su mujer, en la casa que éstas tenían adosada al Convento, en la calle San Fernando, donde llegó a tener hasta diecinueve hijos, de los que, por razones obvias en aquella época, sólo a trece pudo criar. Los tiempos no eran fáciles después de la trágica Guerra Civil que acababan de vivir -el pueblo de Eusebio fue duramente castigado por la barbarie y la sinrazón que el odio y la ignorancia llevan aparejadas- y, por escasear, escaseaba hasta lo más esencial para subsistir, por lo que había que defenderse como fuera, no sólo ya para tener derecho a algunas medicinas con las que combatir tanta enfermedad como había, sino para poder llevarse honradamente a la boca un mendrugo de pan. A pesar de tanta vicisitud -si difícil era sobrevivir uno solo, cuánto más sería hacerlo toda ésa tropa-, jamás nadie le oyó proferir exabrupto alguno, ni contra Dios, ni contra sus convecinos. Nadie podía decir, sin faltar a la verdad, que Eusebio le hubiese insultado, calumniado, amenazado o zarandeado nunca, por más motivos que para ello pudiera tener. Su fe en Dios era ciega, y sabía a ciencia cierta que lo que Él tuviera dispuesto, ningún humano lo podría truncar. Aceptaba cuanto le ocurría con resignación y humildad, y tanto en lo malo como en lo bueno, sabía contener prudentemente sus emociones, para que nadie se pudiera violentar. Un poco antes de que yo naciera, ocurrióle a Eusebio la mayor de sus tragedias: la niña de sus ojos, Maricarmen, la pequeñita de la casa, la misma que graciosamente chantajeaba a mi padre, cuando éste iba a ver a mi madre, diciéndole en el portal, con una sonrisa angelical, que si le daba una perra chica subía a avisar a su hermana Celina de que su novio Benedicto la estaba esperando, murió con tan sólo once años, cuando del carro en el que se había montado -antes se practicaba mucho lo de engancharse y montarse en los carros-, al subir una cuesta, rodaron los hierros que transportaba, con tan mala fortuna que, al caer al suelo unos y otra, le golpearon mortalmente la cabeza. Cuando Eusebio fue avisado de tan trágico suceso, con la humildad de un humilde, exclamó: “Dios me la ha dado, Dios me la ha quitado. Bendito sea Dios.” Y ni una sola lágrima brotó de sus amorosos ojos. Durante el velatorio de la infortunada niña, Eusebio no permitió que su mujer, Hermenegilda, ni ninguno de sus hijos lloraran por ella, porque hacerlo, según sus firmes creencias, sería ofender al Señor. Y cuando el escribiente de la empresa en la que el carretero trabajaba, se presentó en su casa para llegar a un “arreglo económico” con el que tranquilizar la conciencia de quien le pagaba, Eusebio, con voz solemne, le dijo: “Yo no comercio con la muerte de mi hija. Puede irse usted tranquilo a decirle a su señor, que no tiene deuda alguna conmigo.” Al poco tiempo de este luctuoso suceso, apenas hube nacido yo, aquel hombre que a todos los que lean este verídico relato podría parecerles de hierro, murió sin decir nada, en el más absoluto silencio. Y cuentan los viejos, de noche al brasero, que alguien lo vio en más de una ocasión, con su bienamada hija del brazo, viajando feliz por el inconmensurable Cielo, llevando a Benedicto y a Celina, de sus amorosas manos asidas, detrás de ellos.
USEBITO sobre la entrada de "APRENDER JUGANDO" quiero recordar que en los pueblos,al menos en el el mio,el campesino tenía la costumbre,por cierto muy arraigada entre todas las clases sociales,de que si venía una mala cosecha,como estaba de por medio "el escucha pedos,amen de la censura eclesiástica,decía aquello de:"ME CAGO EN DIORO BACO" Y pasaba.Tambien tengo un recuerdo sobre esas frases el cual no olvidaré en mi vida.Mi abuelo materno,al paterno no lo conocí,estando jugando en la unica zona asfaltada en la calle Mayor de URUÑUELA,correría el año 1.956 ó 57 y a mi,un mocoso, no se me ocurrio otra cosa que decir:"QUE BUEN DIOS";mi abuelo entendio otra cosa,estaba en la ventana,bajo y me pego un "soplamocos" del que aun me acuerdo.No recuerdo que me haya pegado nunca mas
Querido Amigo Seve. En Nájera, cuando yo era niño, a pesar de que si desobedecías a un mayor cuando te mandaba a por tabaco, aunque no lo conocieras de nada, “te aplaudía la cara”, nosotros, si ocurría, le espetábamos: “Los cojones de Trampalán”. ¡Feliz Año!
EL YETI DE “POL”. Aunque aún no ha nevado, desde que mi buen Amigo “Pol” trajo el Yeti del Himalaya a Nájera, ha comenzado a llover, ¡por fin!, en esta sedienta zona. ¡Enhorabuena!
¿PERO QUÉ PASA CON VOSOTROS? ¿No queréis colaborar? ¿No os ha dicho nunca una persona mayor “andaide”, “correide”, “visus" de aquí, por “andar, correr, iros de aquí? ¡Pues mandadlo!
USEBITO que no ha llovido por el YETI,lo que pasa es que mi primo se ha subido a la nube y ha pasado lo que ha pasado.Habrá que mandarle cerveza para que dure.
¡ES UNA PENA! Es una auténtica pena que no hayáis querido jugar a esto. Podríamos haber conseguido un buen montón de palabras najerinas ya casi desaparecidas: “Prostata”, “analisis”, “aldrede”, “conómetro”, “sordabirón”… ¡Vosotros mismos!
"Sínate" esa nariz, que la tienes llena de mocos. Iros por la "cera" nos os vaya a pillar una "amoto". "Painaté" antes de salir. Me ha pasado algo "fuertísimo". ¿Está "pillao" ese asiento?...
Hace ya unos años,uno como que ya peina canas,se oía decir a las mujeres mayores ,entre ellas mi abuela materna:"COÑA CHIGUITA" y habia un señor medico el cual ya fallecio hace unos años que les decía:"ESO ES PEOR QUE ES HEMBRA"
32 comentarios:
“El más terrible de todos los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza muerta”. Federico García Lorca
APRENDER JUGANDO.
Os voy a proponer un juego muy instructivo y divertido para estos días. Se trata de escribir palabras -dos como mucho- que decíamos mal dichas, con el fin de conseguir un “diccionario de disparates”, a la vez que nos divertimos. Me voy a permitir la licencia de comenzar yo este juego, para que os sirva de ejemplo: “indición”, por inyección, y “candrejo”, por cangrejo. ¡A por ello!
Eusebio, propongo "cloqleta", croqueta y, "esbarar", resbalar.
Que siga......
Feliz año nuevo
Desde esta parte del atlantico.Ahunque este muy lejos.
Quiero desearos.Mi buen amigo Seve y Eusebio.Un feliz año 2016.
El Guardabosques
Eusebio, este seguro te dice algo, "Meregilda" por Hermenegilda.
El Oso de la Demanda:
No tengo lugar Y no tengo paisaje Yo menos tengo patria Con mis dedos hago el fuego Y con mi corazón te canto Las cuerdas de mi corazón lloran Naci en palestina Naci en palestina No tengo lugar Y no tengo paisaje Yo menos tengo patria Ay cuando canta Y con tus dolores Nuestras mujeres te chican......
La cantante Emel Mathlouthi (TUÑEZ) - La canción Naci en Palestina:
https://www.youtube.com/watch?v=Dsfv3dy5VdA
FELIZ AÑO 2016
¡CÓMO NO ME VA A DECIR ALGO!
Carlos, salao. Toda mi niñez ha venido a mí, súbitamente, nada más leer tu comentario. Mi abuela Hermenegilda fue un pilar fundamental para mí en mis primeros años. A su marido, mi abuelo Eusebio, apodado “El Santo”, no lo conocí, porque murió sin haber cumplido yo un año. Feliz año Nuevo, y muchas gracias por el regalo.
“LO CUENTAN LOS VIEJOS, DE NOCHE AL BRASERO.”
Tenía fama de Santo, y a quienes se la pusieron no les faltaba razón. Eusebio era el Sacristán de las monjitas cerradas -así es como se las llamaba, por ser de clausura-, y vivió con Hermenegilda, su mujer, en la casa que éstas tenían adosada al Convento, en la calle San Fernando, donde llegó a tener hasta diecinueve hijos, de los que, por razones obvias en aquella época, sólo a trece pudo criar.
Los tiempos no eran fáciles después de la trágica Guerra Civil que acababan de vivir -el pueblo de Eusebio fue duramente castigado por la barbarie y la sinrazón que el odio y la ignorancia llevan aparejadas- y, por escasear, escaseaba hasta lo más esencial para subsistir, por lo que había que defenderse como fuera, no sólo ya para tener derecho a algunas medicinas con las que combatir tanta enfermedad como había, sino para poder llevarse honradamente a la boca un mendrugo de pan.
A pesar de tanta vicisitud -si difícil era sobrevivir uno solo, cuánto más sería hacerlo toda ésa tropa-, jamás nadie le oyó proferir exabrupto alguno, ni contra Dios, ni contra sus convecinos. Nadie podía decir, sin faltar a la verdad, que Eusebio le hubiese insultado, calumniado, amenazado o zarandeado nunca, por más motivos que para ello pudiera tener. Su fe en Dios era ciega, y sabía a ciencia cierta que lo que Él tuviera dispuesto, ningún humano lo podría truncar. Aceptaba cuanto le ocurría con resignación y humildad, y tanto en lo malo como en lo bueno, sabía contener prudentemente sus emociones, para que nadie se pudiera violentar.
Un poco antes de que yo naciera, ocurrióle a Eusebio la mayor de sus tragedias: la niña de sus ojos, Maricarmen, la pequeñita de la casa, la misma que graciosamente chantajeaba a mi padre, cuando éste iba a ver a mi madre, diciéndole en el portal, con una sonrisa angelical, que si le daba una perra chica subía a avisar a su hermana Celina de que su novio Benedicto la estaba esperando, murió con tan sólo once años, cuando del carro en el que se había montado -antes se practicaba mucho lo de engancharse y montarse en los carros-, al subir una cuesta, rodaron los hierros que transportaba, con tan mala fortuna que, al caer al suelo unos y otra, le golpearon mortalmente la cabeza.
Cuando Eusebio fue avisado de tan trágico suceso, con la humildad de un humilde, exclamó: “Dios me la ha dado, Dios me la ha quitado. Bendito sea Dios.” Y ni una sola lágrima brotó de sus amorosos ojos.
Durante el velatorio de la infortunada niña, Eusebio no permitió que su mujer, Hermenegilda, ni ninguno de sus hijos lloraran por ella, porque hacerlo, según sus firmes creencias, sería ofender al Señor. Y cuando el escribiente de la empresa en la que el carretero trabajaba, se presentó en su casa para llegar a un “arreglo económico” con el que tranquilizar la conciencia de quien le pagaba, Eusebio, con voz solemne, le dijo: “Yo no comercio con la muerte de mi hija. Puede irse usted tranquilo a decirle a su señor, que no tiene deuda alguna conmigo.”
Al poco tiempo de este luctuoso suceso, apenas hube nacido yo, aquel hombre que a todos los que lean este verídico relato podría parecerles de hierro, murió sin decir nada, en el más absoluto silencio. Y cuentan los viejos, de noche al brasero, que alguien lo vio en más de una ocasión, con su bienamada hija del brazo, viajando feliz por el inconmensurable Cielo, llevando a Benedicto y a Celina, de sus amorosas manos asidas, detrás de ellos.
A mis bienamados padres, que están en el Cielo.
USEBITO sobre la entrada de "APRENDER JUGANDO" quiero recordar que en los pueblos,al menos en el el mio,el campesino tenía la costumbre,por cierto muy arraigada entre todas las clases sociales,de que si venía una mala cosecha,como estaba de por medio "el escucha pedos,amen de la censura eclesiástica,decía aquello de:"ME CAGO EN DIORO BACO" Y pasaba.Tambien tengo un recuerdo sobre esas frases el cual no olvidaré en mi vida.Mi abuelo materno,al paterno no lo conocí,estando jugando en la unica zona asfaltada en la calle Mayor de URUÑUELA,correría el año 1.956 ó 57 y a mi,un mocoso, no se me ocurrio otra cosa que decir:"QUE BUEN DIOS";mi abuelo entendio otra cosa,estaba en la ventana,bajo y me pego un "soplamocos" del que aun me acuerdo.No recuerdo que me haya pegado nunca mas
Querido Amigo Seve. En Nájera, cuando yo era niño, a pesar de que si desobedecías a un mayor cuando te mandaba a por tabaco, aunque no lo conocieras de nada, “te aplaudía la cara”, nosotros, si ocurría, le espetábamos: “Los cojones de Trampalán”. ¡Feliz Año!
EL YETI DE “POL”.
Aunque aún no ha nevado, desde que mi buen Amigo “Pol” trajo el Yeti del Himalaya a Nájera, ha comenzado a llover, ¡por fin!, en esta sedienta zona. ¡Enhorabuena!
¡No "sus" lo perdáis, que "sus" vais a reír un rato grande!
http://vozpopuli.com/actualidad/73813-jose-mota-triunfa-en-nochevieja-con-la-cancion-del-cola-cao-de-ada-colau
¿PERO QUÉ PASA CON VOSOTROS?
¿No queréis colaborar? ¿No os ha dicho nunca una persona mayor “andaide”, “correide”, “visus" de aquí, por “andar, correr, iros de aquí? ¡Pues mandadlo!
USEBITO lo de "los cojones de trampalan"lo decias por lo "bajines,ya que si no te daban un "soplamocos" que pa que"
USEBITO que no ha llovido por el YETI,lo que pasa es que mi primo se ha subido a la nube y ha pasado lo que ha pasado.Habrá que mandarle cerveza para que dure.
Lo que te daban es "una patada en los cojones que te los ponían de corbata".
Era curioso jugar a Ternabios, hasta que mas tade supe que eran tres navios por el mar....
Yo comia almondiguillas....
Y de postre roncha de melon o de dandia
¿Y dónde te lo comías, en el "pántano" de Mansilla?
USEBITO mira que era feo llevar unos "cojones" de corbata
Nunca vi unos cojines por corbata.Pero eso si.Menudo miedo se tenía.Ni lo de antes ni lo de ahora.
¿Pero qué os pasa? ¿Nadie ha cogido "correcaina" -carrerilla- para tirarse al río Najerilla en La Playa?
USEBITO yo para tirarme al Najerlla como que no,pero para el Yalde,ni te cuento.
¡ES UNA PENA!
Es una auténtica pena que no hayáis querido jugar a esto. Podríamos haber conseguido un buen montón de palabras najerinas ya casi desaparecidas: “Prostata”, “analisis”, “aldrede”, “conómetro”, “sordabirón”… ¡Vosotros mismos!
Y una onza de chocolate, y es un tontolaba, ostibiris, y de postre mengranas,
Y "mesacaido" el paquete tabaco.
cojona se la oía yo a alguna mujer por ser mas suave que lo que decían los hombres, y ese es un pantaleón o pantaleona, y la frase hay en "eso".
"Sínate" esa nariz, que la tienes llena de mocos. Iros por la "cera" nos os vaya a pillar una "amoto". "Painaté" antes de salir. Me ha pasado algo "fuertísimo". ¿Está "pillao" ese asiento?...
Hace ya unos años,uno como que ya peina canas,se oía decir a las mujeres mayores ,entre ellas mi abuela materna:"COÑA CHIGUITA" y habia un señor medico el cual ya fallecio hace unos años que les decía:"ESO ES PEOR QUE ES HEMBRA"
Y las chicas, cuando jugabas con ellas a pelear y las enfadabas, te espetaban: "Te chinchas, idioto", si te quejabas.
"¡No me fruñas, eh, y as el favor de dir a lo que té mandado!"
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