Los niños atendiendo las indicaciones de la responsable del curso. |
viernes, 29 de julio de 2011
¡Nos dejan sin trabajo!
Publicado por
Eusebio Hervías del Campo
en
21:12
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6 comentarios:
Cuando llegué al Paseo, a media mañana, a cumplir con el compromiso adquirido (los niños me habían citado allí el día anterior, para hacerme una entrevista), y vi a nuestros tres asalariados y a la prensa, sentí asco y pena a partes iguales. "¿Cómo pueden estar ahí, -me dije para mis adentros-, con lo más inocente e impoluto del mundo, quienes se han cargado decenas de árboles centenarios, y han puesto, además, en serio peligro todo el conjunto del Paseo? ¿Cómo pueden aplaudir y vitorear una iniciativa como ésta, cuando en la práctica diaria están haciendo todo lo contrario al objetivo que persigue? ¿Cómo les explico ahora yo a los niños, que el Paseo era uno de los dones más preciados que la diosa Naturaleza nos legó a los najerinos, y que poco a poco, metro a metro, árbol a árbol, se lo han ido cargando estos desaprensivos...? Pues tuve que "hacer de tripas corazón", y, tragándome las hieles, rogarles que intentaran salvar los pocos árboles que nos quedan, porque, además de no ser nuestros en propiedad, son venerables.
Eusebio, ¿cómo pueden asistir a un acto como ese, quienes nos han dejado el Paseo como un auténtico desierto? Saludos.
Eusebio, ¿por qué no les enseñan a los niños la parte alta del Paseo, para que estudien a qué familia pertenecen los árboles que han plantado últimamente: piscina cubierta, plaza de toros, merendero...? ¡Que no se calle el cantor!
Queridos Amigos José Manuel y Javi. Nuestros ínclitos gobernantes, cuando andan con niños, se creen que andan con tontos. Y están muy equivocados. Los niños, además de ser muchísimo más inteligentes de lo que se creen, tienen ojos y maestros. Con lo cual, cuando crezcan, sabrán diferenciarnos a unos de otros. Abrazos sinceros.
Y se marcharían a comer tan tranquilos. No tienen vergüenza, usebito. Besos.
Querida Amiga Teresa. Hay personas que nunca jamás sufren un infarto. Y no lo sufren, no porque estén sanos, sino porque para sufrirlo, primero tendrían que tener corazón. Abrazos sinceros.
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