La
Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF), sindicato con mayor
representación en el Ayuntamiento de Nájera, critica el enorme sobrecoste de
más de 20.000 euros al año que ha supuesto la privatización del servicio de
grúa municipal en esta localidad. CSIF considera que el alcalde najerino, Jonás
Olarte, se equivocó cuando el pasado mes de diciembre decidió ceder a una
empresa de Logroño el servicio de la grúa municipal que hasta esa fecha venía
realizando por la Policía Local de Nájera, la cual posee un vehículo municipal
propio para realizar esa función. En concreto, este servicio se contrató con la
empresa Grúas González, ubicada en el polígono de La Portalada de Logroño. Esta
desacertada decisión supondrá más de 20.000 euros de sobrecoste anual al
Ayuntamiento de Nájera. Es decir, Olarte está pagando con el dinero de los
najerinos sus discrepancias con la Policía Local de su ayuntamiento. El
servicio externalizado, además de costar el doble de dinero, es absolutamente
ineficaz e ineficiente para las necesidades de los vecinos de Nájera. Las grúas
actualmente tardan en las retiradas de vehículos entre 1 y 4 horas, mientras
que la policía lo venía realizando entorno a los 15 minutos, en el peor de los
casos. Además, muchos dueños de vados, por los que pagan 400 euros de tasas
anuales, no los han podido utilizar debido a la tardanza del servicio. CSIF
pide al alcalde de Nájera que no anteponga sus desavenencias personales a los
intereses de los ciudadanos, a quienes este tipo de actuaciones les perjudica
enormemente en lo económico y la calidad de los servicio públicos que se
merecen. Por tanto, CSIF insta una vez más al señor Olarte para que se siente a
negociar con los representantes sindicales hasta alcanzar un acuerdo que
satisfaga a todas las partes de un conflicto que se está prolongando
excesivamente en el tiempo y cuyos principales castigados son los propios
ciudadanos de Nájera.
3 comentarios:
Desgraciadamente, lo que predijimos tres personas en la estatua de San Fernando el pasado jueves, se ha cumplido: El Paseo de San Julián es un auténtico río.
VOTOFOBIA CATALANA
La catalanofobia es una mezcla de deporte nacional y estilo literario. Es la tauromaquia del prosista de prensa. Un irrefrenable instinto lírico que induce a clavar adjetivos, cual banderillas, en el lomo de un catalán o de lo catalán. La catalanofobia existe desde siempre. No es una consecuencia del procés. Yo creo que existía incluso antes de que naciera el primer catalán. Es una inmanencia pura que efluye de lo hondo de ser español. Una pulsión silvestre. Un grito seminal de la raza. Escribe Luis Miguel Fuentes en El Mundo un tractatus maestro sobre cómo practicar la catalanofobia sin caer en la cronopiez. Se titula La corona de plátanos, y opina acerca de la jugada de Pedro Sánchez para situar a Meritxell Batet y a Manuel Cruz como respectivos presidentes del Congreso y el Senado. El hecho de que ambos sean catalanes indigna al afamado periodista. “Colocar a catalanes por la cuota o por el vudú de ser catalanes” al frente de las cámaras, cree este Fuentes que provoca que ya no sean “instituciones de todos, sino el casino donde los catalanes se arreglan entre ellos”. Él hubiera preferido “electos de Jaén o de Palencia”…
https://blogs.publico.es/repartidor/2019/05/18/votofobia-catalana/
EL CAMBIO ES POSIBLE. PERO HAY QUE HACERLO BIEN
Faltan detalles importantes. Algunos se aclararán tras las elecciones municipales y autonómicas. Otros en las negociaciones que empezarán el mismo 27 de mayo y que continuarán tras el 1 de julio, fecha anunciada para la investidura. Pero ya hay pocas dudas de que Pedro Sánchez será presidente. Lo que vendrá después no es tan previsible. Porque habrá llegado el momento de las reformas. No sólo las necesarias para abordar la crisis catalana, que seguramente se aplazarán un tiempo, sino, sobre todo, las que habrá que hacer para atender a la demanda social de cambio y a la necesaria puesta al día del país para superar definitivamente la crisis. Y sobre eso las cosas no están tan claras. La lista es larga. Y tan importante como los asuntos que forman parte de ella es el orden en que serán afrontados. Ya no se tratará de anunciar cosas con el fin de atraer votos, que es lo que viene ocurriendo desde hace casi cinco años, sino de aprobar medidas que provoquen efectos reales, que funcionen. No es lo mismo empezar cambiando la reforma laboral de Rajoy que mejorando las condiciones financieras y de funcionamiento de las empresas, particularmente de las menos poderosas que son las que más gente emplean, para que éstas puedan asumir esos cambios y empezar a reducir la precariedad…
https://www.eldiario.es/zonacritica/cambio-posible-hacerlo-bien_6_900170006.html
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