El último referente que nos quedaba de nuestra niñez: La Librería Gascón, ha cerrado sus puertas para siempre. Esta Librería fue abierta en el año 1.933, por el señor Atilano Gascón, siendo regentada después por su hijo Faustino, y en los últimos años por su nieto Javier. Esta entrañable familia era muy conocida y querida por todos los najerinos, además de por surtirnos de todo lo necesario en su Librería, por sus grandes habilidades. El señor Atilano era un gran pescador, hábil donde los hubiere, capaz de pescar grandes truchas con lombriz, con pan, con dragas o con cucarachas. ¡Con cualquier cebo las pescaba! Su hijo Faustino, fue un gran Músico (algún día os hablaré de él), y tuvo su propia Orquesta, con la que nos amenizaba las tardes de los domingos y festivos en la Sala de Fiestas San Fernando. Y Javier, a falta de otras habilidades (que yo sepa), ha sabido ser fiel a sus clientes. ¡Con las tarjetas que le he robado yo de pequeño a esta entrañable familia! Recuerdo que cuando acudíamos a su Librería en tropel, todos los niños de Nájera, a dejarle la paga de los domingos y festivos, comprando cromos de las tres o cuatro colecciones que hacíamos a la vez, como nos salían todos “repes”, nos vengábamos de ellos mangándoles todas las tarjetas que podíamos, a pesar de que no se las enviábamos a nadie. ¡En fin! ¡Quede, pues, constancia en este humilde blog, de este triste cierre!
4 comentarios:
Use:
Me da mucha pena el cierre de Gascón. Nájera no gana nada con ello. La calle Mayor es menos Mayor por ello. El paso del tiempo acaba con todo, también con lo que nos ayudó a ser lo mejor que somos.
Saludos.
Antonino, "salao". Ciertamente muere algo nuestro cuando desaparece un negocio que está íntimamente ligado a nuestros juegos y a nuestros escarceos amorosos. Abrazos sinceros.
Hola Use me acuerdo de sus padres, en especial de Gascón padre, al cobrate siempre tenía un lamento en los labios y te decía ¡Hay, trece pesetas y la voluntad!
Es cierto que da pena que cierren los negocios de toda la vida, pero bueno, puede ser que alguien comienze una nueva etapa, el sitio es bueno.
Besazos con lujuria de sentimientos contenidos (no se ni lo que significa) y muchas gracias a tu Celia.
Queridísima Cantora mía. ¡Qué placer tan inmenso volver a leerte! Lo que Faustino, el padre de Javier, decía siempre, era: "Buenos días nos dé Dios a los pobres... que los ricos ya los tienen". Y sonaba sarcástico, salido de sus labios, porque todos los najerinos lo teníamos por rico. En cuanto a lo de que alguién puede comenzar una nueva etapa en su local, seguro que lo hará; pero mi niñez y mi infancia ya no estarán ligadas a su futuro, cierto o incierto. Besos, hasta gastarnos los labios; abrazos, hasta que nos duelan los brazos, y revolcones por los caminos, hasta que quedemos exhaustos.
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