Hoy se me ha muerto José María Larrea Aretio, Amigo mío desde los tiempos del Bar Chule Chimi, donde, a pesar de llevarme nueve años, pasamos muchísimas horas juntos jugando a las cartas en el salón de los servicios. Además de en el Chule Chimi, coincidíamos cazando goloritos, pescando, en las escaleras del Banco Español de Crédito, en cualquiera de los tres cines, y en otros muchos sitios. En los últimos tiempos charlábamos largamente, apoyados en la barandilla del puente de San Juan de Ortega, contemplando nuestro amado río, y en el Paseo de San Julián, mientras hacía tiempo para ir al colegio San Fernando a por sus sobrinos-nietos. En nuestras pláticas recordábamos los viejos tiempos, y repasábamos lo que nos parecía que estaba mal en nuestra ciudad, y cómo podrían solucionarlo. A pesar de la diferencia de edad y de nuestros diferentes caminos, siempre hemos conservado nuestra amistad. Y puedo decir a los cuatro vientos, que Josemari fue un hombre sin contaminar. O lo que es lo mismo, un hombre bueno. ¡Que la tierra te sea leve, Amigo mío!
domingo, 19 de octubre de 2025
Un sábado memorable.
Ayer, sábado 18 de Octubre, convocados por los Amigos de la Historia Najerillense, 29 intrépidos e intrépidas recalamos en el Señorío de Bertiz a primera hora de la mañana, para visitar su paradisiaco Jardín Histórico Artístico. Esta maravilla de la Naturaleza la disfrutan millones de personas gracias a los filántropos Pedro Ciga y su esposa Dorotea Fernández. Este matrimonio se lo legó por testamento hológrafo a la Excma. Diputación Foral, bajo la exigencia de conservarla sin variar sus características. Después de embelesarnos con su palacio, su ermita, sus jardines y sus gigantescos árboles de todas las especies, y de disfrutar de sus idílicos parajes, fuimos a Elizondo y, tras recorrer sus calles y plazas, nos dirigimos al Restaurante “Eskisaroi”, donde nos atendieron con una rapidez inaudita, sirviéndonos una comida exquisita, acompañada de vino, sidra y agua. El precio fue de 23 euros por cabeza, incluido el café, y el servicio, como ha quedado dicho, magnífico. Si alguno o alguna de los/as que leáis esto os acercáis a él, os recomiendo la carne de ternera empiperrada. Es una exquisitez. De allí nos fuimos a visitar la cueva de Zugarramurdi, donde Maricarmen Rodríguez Garnica, después de hacer el recorrido completo, nos explicó de una manera muy gráfica y amena el Auto de Fe de Logroño de 1610, considerado como el más importante de cuantos celebró la Inquisición Española. A él acudieron unas 30.000 personas en una ciudad que contaba por aquel entonces con 6.000 habitantes. 53 personas fueron sometidas al proceso, de las cuales 11 fueron condenadas a la hoguera. A pesar de ser este el más conocido, no tuvo nada que ver con lo que ocurrió en casi toda Europa, según explicó ella. Y de allí, con harta pena, nos dirigimos al autobús para volver a Nájera.