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Fotografía de los Amigos de la Historia Najerillense.
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La entrada de ayer,
desgraciadamente era una inocentada con muy buena intención. Y digo con muy
buena intención, porque si el Ayuntamiento de Nájera o el Gobierno de La Rioja
presentaran un estudio serio, riguroso y bien documentado sobre un problema tan
grave como el que traté ayer, estoy seguro de que Bruselas jamás lo
rechazaría. Y mucho menos aún, después de la tragedia ocurrida en Valencia.
Pero para eso hay que ser, además de capaz, NAJERINO. Como torpemente decía en
la entrada, son muchos y muy importantes los factores que juegan a nuestro
favor, y muchas y muy serias las consecuencias que no acometer estas obras
pueden acarrearnos a las najerinas y a los najerinos. A todas y a todos se nos
llena la boca hablando de la importancia del mayestático Monasterio de Santa
María La Real; y, sin embargo, nadie repara en las humedades que tiene
derivadas de las aguas que se filtran cuando llueve. Y cuando lo hace con
intensidad, lo sufre incluso, como ocurrió hace muy pocos meses, el
transformador de la Plaza de Santa María. Las calles San Miguel y Las Parras se
hunden y se inundan por lo calamitoso de las bajantes de las aguas fecales y
pluviales. Y el entronque del final de Las Parras con Arrabal de La Estrella,
es un auténtico desastre. Y sí, todo el trazado es Patrimonio de la Humanidad,
porque forma parte del Camino de Santiago. ¡Ojalá algún día pueda volver a colgar
lo mismo, sin que sea una inocentada!