La tarde-noche de ayer, festividad de San Juan Mártir, fue completa. Disfrutamos del primer encierro de la Peña Juventud, de Batucada, de Charanga y de Verbena. La asistencia a todos los actos fue masiva -quizá demasiado-, y los bares y restaurantes se pusieron las botas. Hoy, gracias al Patronato, la Coral Najerense cantará en la misa concelebrada en la iglesia de Santa María La Real. Y lo que ocurra por la tarde, os lo contaré mañana, porque, aunque no os lo creáis, aún no tengo el programa de fiestas.
“Como un mar, alrededor de la soleada isla de la vida, la muerte canta noche y día su canción sin fin”. -Rabindranath Tagore-
ResponderEliminarLOS ENCIERROS DEL TCP.
ResponderEliminarPara aquellos que no lo hayan vivido, los encierros de la célebre cuadrilla najerina “Tira Como Puedas” -TCP-, llegaron a ser uno de los actos más esperados y concurridos de las fiestas de San Juan Mártir y Santa María La Real. -Los dos primeros años, cuando los toros salían “de la calleja de la Teria” y se adentraban en la Calle Mayor, najerinos y visitantes corrían despavoridos al escuchar los cencerros y ver a la gente correr. En la tienda de la Marisol, a la entrada de la Plaza de España, muchas personas trepaban por las verjas con las faldas al viento y algunos pantalones mojados. Tal era el pánico que los encierros crearon-. Estos comenzaban en el edificio de la Calle Garrán, número ¿5?, propiedad de mi Amigo “Costan”, donde actualmente hay una peluquería, con una muchedumbre que, periódico en ristre, le cantábamos a un muñeco colgado aquello de “A San Fermín pedimos/, por ser nuestro Patrón/, nos guíe en el encierro/, dándonos su bendición/… Al tercer cántico, todos corríamos por la calle Obispo Blanco, rodeando la Real Capilla y Parroquia de Santa Cruz, para salir, como ya he dicho, a la Calle Mayor, y llegar hasta la Plaza de España. Una vez terminado el encierro, la sede o chamizo del TCP se ponía a rebosar de jóvenes ávidos de degustar el zurracapote y otro tipo de bebidas que servían en una gran barra, para reponerse de la carrera y del susto. He de reseñar, que el esfuerzo era muy grande, porque también había encierros por la mañana; con lo cual, muchos de nosotros juntábamos el día con la noche. ¡Larga y fructífera vida, pues, a estos tradicionales y simpáticos encierros!