Ni tan siquiera tienen un lugar donde dejar sus humildes pertenencias.
Hay personas que se preguntan si
aún se puede creer en el ser humano. Yo digo que sí. Y quien no lo crea, que se
pase al anochecer por el frontón municipal para que vea a decenas de jóvenes de
12, 13, 14, 15, 16 años, totalmente involucrados
en la ayuda humanitaria que un grupo de najerinos voluntarios (este año no está
participando Cáritas) está llevando a cabo desde hace una semana con los temporeros. Es
hermosamente esperanzador que estos mozalbetes intenten paliar la desgracia de
estos desafortunados a los que en la caprichosa y puñetera tómbola de la vida solo les sale “repita la suerte” en sus boletos.
Yo quiero agradecerles desde este humilde blog la hermosa lección que nos están
dando a todos (sobre todo a los desalmados del Ayuntamiento) con su generoso y
nunca bien pagado gesto. ¡Dios os bendiga, y os guarde un trozo de Cielo por ello! Y
aprovecho el comentario, también, para
agradeceros a vosotros, Cantores míos, la ayuda que con vuestros donativos en
forma de alimentos les estáis dando. No obstante, y aun a riesgo de abusar de
vuestra generosidad, quiero pediros un esfuerzo más para que sigáis llevando
alimentos a la huerta de la Conchi, ubicada unos doscientos metros más abajo
del frontón, frente a los chalés de Costa. Y sobre todo, mantas, ropa de abrigo y zapatos, ya que por culpa de una cuadrilla de depravados, están pasando mucho frío. Gracias
de nuevo a todos. Especialmente a esos jóvenes a los que me he
referido al principio. Abrazos sinceros, y que Dios os bendiga a todos.