lunes, 28 de abril de 2025

A corazón abierto.

Nunca jamás he tenido tan difícil titular una entrada del blog como la de hoy. La procesión ha sido berlanguiana, y como tal voy a intentar relatárosla. Quiero dejar claro que soy padre y abuelo, y puedo entender la pasión que las personas sienten por sus hijas e hijos y por sus nietas y nietos, pero hoy, 28 de Abril, se procesionaba a San Prudencio, Patrón de nuestra ciudad, ¡no lo olvidemos!, y se ha hecho de todo menos eso. Una procesión no es en modo alguno un desfile del Día de La Rioja ni una obra de teatro de calle. La participación del Grupo de Danzas de la Peña Juventud ha provocado que cantidad de personas se hayan entremezclado entre los procesionantes, para inmortalizar con sus móviles a sus hijas e hijos o a sus nietas o nietos danzando. Incluso el Párroco José Félix parece haberse contagiado, haciéndoles más caso a las danzadoras que al Santo. Como consecuencia de esto, ha habido paradas, interrupciones y algún encontronazo que otro como el que he tenido yo con una integrante de la Agrupación Musical Najerense. A pesar de no ser un parroquiano fiel, cuando acudo a actos como este, a bodas o a funerales, lo hago con el mayor de los respetos. Por si lo relatado fuera poco, al llegar a la Plaza de España la Agrupación Musical Najerense y el Grupo de Danzas, acompañando a la corporación y a las autoridades locales y regionales, amigos y familiares de las danzadoras han formado un corro entre ellas, impidiéndoles verlas danzar al resto de la gente. Esto tampoco había ocurrido nunca. Y el remate final, lo ha puesto el apagón que hemos sufrido -cuando tecleo estas líneas aún hay muchas ciudades españolas que no han recuperado la luz- en todo el país, del que, a pesar de su gravedad, no se atreve a decir nada nadie. Yo, particularmente, pienso que nada ocurre en esta vida porque sí, y mucho menos un suceso de esta magnitud, y pienso que, como mínimo, se ha tratado de un ciberataque. Me imagino que hoy o mañana lo sabremos. Dicho lo cual, he de deciros también, obligado estoy a ello, que el Grupo de Danza de la Peña Juventud es magnífico, y que bailando con los trajes regionales a pleno sol durante tanto rato como lo han hecho, se han ganado sobradamente un buen trozo de cielo. Y no puedo olvidarme de las exquisitas brochetas de la Peña Juventud, que, al estar inoperantes los restaurantes, nos han venido como anillo al dedo.