La festividad de San Antonio celebrada ayer, fue de diez. Todo salió a la perfección. La Degustación de chorizo escaldado organizada por la Coral Najerense fue todo un éxito; el Paseo de San Julián estuvo repleto de gente; la Agrupación Musical Najerense nos deleitó con varios bises después de las tres Vueltas de rigor; el círculo del quiosco fue escrupulosamente respetado para las niñas y los niños; el recorrido de los mayores estuvo a tope; el tiempo fue auténticamente “Sanjuanero”; no hubo nada de polvo porque habían regado por la mañana, y las personas mayores disfrutaron de lo lindo, porque pudieron dar las Vueltas como en sus mejores tiempos. Y por si todo esto fuera poco, bares y restaurantes hicieron el agosto. ¿Se le puede pedir más a San Antonio?
Un día sin bailar es un día perdido.
ResponderEliminarCONCENTRACIÓN DE PEÑAS
ResponderEliminarHoy, sábado 14 de Junio, la Peña Juventud ha organizado en nuestra ciudad la “Segunda Concentración de Peñas” -se esperan 1.500 peñistas-, con un amplio programa festivo para que todos y todas tengamos la juerga asegurada. ¡A seguir bailando y gozando, que son cuatro días!
Gracias por tu apoyo incondicional a la Coral Najerense.
ResponderEliminarVER "UN PELIGRO PARA LA HUMANIDAD" EN YOUTUBE
ResponderEliminarhttps://youtube.com/shorts/jDn1QlbsucY?si=-Pm14iJ2fK8f47P1
NOSTALGIA DE LAS GOLONDRINAS
ResponderEliminar“El paisaje ha enloquecido. Los almendros y espinos han florecido mucho antes, casi en la Navidad, y, meses después de haber sufrido altas temperaturas la mañana de Reyes, ésta del mes de junio sopla un aire de nieve que hace tiritar a las retamas, a los arbustos de espliego, a las encinas. No hay vuelta atrás. El campo sufre desde hace años una lentísima agonía”. Son palabras del poeta Alejandro López Andrada (Villanueva del Duque, 1957), que susurran la pérdida del paisaje de su niñez desde las páginas de las memorias que acaba de publicar: El corazón de las golondrinas (Berenice, 2025). Se le han muerto la frondosidad de las plantas y sus ciclos naturales, al igual que sus padres y abuelos, enterrados en una España que, de tanto vaciarse, anda cuajada de túmulos. El viento parece soplar envilecido por los productos químicos que antaño no se esparcían al verde. Las aves –alcaravanes, tordos, cogujadas– representan apenas una pizca de lo que fue, incluidas las golondrinas, pájaros sagrados cuyo latido alimenta la voz del narrador. Entre la delicadeza de su prosa y el duelo irremediable, respira una nostalgia que se va tornando consustancial a cada persona con un mínimo de sensibilidad: por la tierra carente de seres vivos no humanos…
https://climatica.coop/nostalgia-de-las-golondrinas/?tztc=1